Crónica Personal

Puigdemont y sus abogados

La actitud de Puigdemont ante los jueces es todo un compendio de cómo utilizar la Justicia con fines electoralistas

Poco antes de que la juez Lamela se pronunciara sobre los ex miembros del Govern acusados de rebelión, uno de sus abogados confesaba que la huida de Puigdemont a Bruselas perjudicaba a todos ellos, porque, ante el riesgo de que actuaran como el ex presidente, la juez de la Audiencia Nacional podría inclinarse por las medidas cautelares más duras. Es indudable que tanto la Audiencia Nacional como el Supremo han actuado en todo momento conforme a Derecho, nadie ha puesto en duda que no se hayan ajustado estrictamente a lo que marca la ley. De hecho, el Supremo ha concedido más tiempo a los encausados para preparar su defensa. Pero es también evidente que, como preveía el mencionado abogado defensor, en las medidas cautelares ha tenido mucho que ver la decisión de Puigdemont de huir a Bruselas y negarse a comparecer ante la juez.

La actitud de Puigdemont y de sus ex consejeros ante los jueces es todo un compendio de cómo utilizar la Justicia con fines electoralistas. De nuevo denuncias de una Justicia politizada -aunque acuden a ella cuando les conviene- y de un fiscal general recusado y perseguidor de quienes hacen política pacíficamente. Puigdemont sólo trata de salvar su cabeza desde Bruselas sin tener en cuenta cómo perjudica a quienes formaron parte de su equipo, pero tanto su brazo derecho, Junqueras, como su amigo Santi Vila han reaccionado ante los tribunales pensando en el 21-D. Vila quiere aglutinar a los nacionalistas y a quienes buscan la independencia dentro de la ley, tras las necesarias reformas constitucionales. Junqueras en cambio se ve ya como futuro presidente del Govern y pretende que la resolución de los jueces sea lo más benévola posible, para no interferir en su carrera hacia el Palau de la Generalitat. Se desmarca de los otros ex miembros del Govern que llegaron en bloque a la Audiencia Nacional, no viajó a Bruselas, y elige los medios en los que realizar declaraciones, para garantizar que van a recoger lo que a él le interesa que recojan sin preguntas incómodas cuyas respuestas puedan ser utilizadas posteriormente por un fiscal.

El espectáculo de las comparecencias del antiguo Govern ante los jueces ha sido precisamente eso, espectáculo, como todos y cada uno de los actos en los que los independentistas mienten sistemáticamente para tratar de justificar una conducta ilegal. El último engaño a sus votantes es dar por buenas unas elecciones convocadas por un Gobierno, el español, que no reconocen. La hipocresía llevada al extremo.

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