La política de hoy, la nueva política, es más que el eslogan que los nuevos partidos han esgrimido con tono mitinero. Es más que la crítica fácil o difícil, motivada o sin fundamento al ejercicio tradicional de eso de la gestión de la polis. Va más bien, creo yo, de que lo de hacer política ahora no es algo acotado y limitado a los profesionales. Que hoy, un tuit, un vídeo de un youtuber o un hashtag son ideas que llegan. Lo que cuenta un influencer, un meme o una cadena de whatsapp son nuevas formas de hacer política. Estos días he recibido algunos que me han hecho pensar tanto que me han llevado a parar y dedicarle tiempo a la reflexión. Me he sentido como me cuentan mis mayores que se lo hacían al escuchar los debates y las réplicas de la tribuna de oradores y he llegado a la conclusión de que el sabor que me deja ese darle vueltas sosegadas -por lo excepcional, imagino- viene a ser como la profundidad de los análisis que tras discursos brillantes en el Congreso, de aquellas sesiones en años transicioneros, dejaban a toda una generación pensado en lo buenos que eran los suyos, y lo más importante, lo buenos que eran también algunos de los otros.

No sé si en la inmediatez de los medios de hoy tenemos esta última capacidad, porque claro, deslizando el dedo por tu muro de Facebook, si te encuentras la noticia que ha compartido tu amiga la roja, más allá del inciso para pensar en cómo es posible que aceptaras su solicitud de amistad no profundizas en la propaganda del enemigo. O viendo las publicaciones que comparte tu amigo el facha, que también se coló entre tus ciber amistades el día que te etiquetó en una foto y te viste obligado a darle a "me gusta", no te paras a analizar si hay algo de verdad en lo que postea, sino que miras su estado con cierta condolencia por lo sesgado y manipulado que encuentras su perfil. Será que en todo caso y si extrañamente alguien se detiene para replicar, lo hará en forma de retuit, de link y sobre todo de likes. ¡Ay, los likes!

Y así andamos, todos politiqueando, todos politiquitos, puede que con poco de originalidad y creación propia, pero compartir o retuitear no cuesta nada, tiene impacto y es cool. Al final, supongo que da igual de dónde venga, lo que no está mal es eso de pararse, de pensar, de ser crítico. Porque lo de "etiquetarse" definitivamente no siempre es un acierto.

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