Hace años que sigo las estadísticas sobre la distribución de la renta en España. Una manía. Un gaditano de la calle Isabel la Católica, Julio Alcaide Inchausti, fue pionero en este tipo de estudios y dirigió durante años los informes que publicaba el BBVA. Otras entidades e institutos, como el INE, ampliaron con el tiempo más la lupa, y pasaron a ordenar municipios en función de su riqueza. Durante años, Sanlúcar estuvo en el puesto más bajo de la distribución de la renta en España, pero lo que encontré al escribir estos reportajes fueron sonrisas irónicas, alusiones al langostino como bálsamo y otras estupideces sobre la economía sumergida. El reciente estudio del INE sobre la esperanza de vida por municipios aclara el engaño de una supuesta buena vida, la bondad del sol y la copita de vino. Los municipios con menor esperanza de vida en España son los que menor renta tienen. La Línea, Sanlúcar, Cádiz, Chiclana, El Puerto y Málaga están entre las ciudades más pobres y, por tanto, donde la vida dura menos. 79,4 años en La Línea frente a los 85,4 de Pozuelo, en Madrid. Y aún hay que oír a pobristas como el alcalde de Cádiz alardear de que en la Viña se vive mejor que en Galapagar. Mejor, pero mucho menos. No sólo son más pobres -lo que la indolencia, al parecer, acepta-, sino quienes viven peor. Tequieiyá, tómate una copita.

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