Uno de los grandes reclamos de Andalucía para atraer al turismo, nacional y extranjero son sus playas. En los 1.000 kilómetros de costa andaluza, que van de Huelva a Almería, sólo superada en España por la costa gallega, por ser más quebrada, se suceden las playas que por el buen tiempo suponen una ventaja muy apreciable para acudir a ellas. Las playas de Huelva: Cuesta Maneli y Matalascañas,en Almonte; el Portil e Islaantilla; las de Valdevaqueros, en Tarifa (con 5 kms de longitud), preferida por los que practican kite y windsurf; Punta Paloma y Bolonia, en Tarif; Zahara, en Bárbate; la del Palmar, en Vejer (8 Km); y la del parque natural de Doñana. En Málaga la Caleta; Burriana, en Nerja; en Granada Punta del Río, Salobreña y La Herradura. En Almería, la Playa de los Muertos y la playa de Monsul. Permítanme que termine con Cádiz para citar la de La Barrosa, en Chiclana, la de Cortadura, la Victoria y la coqueta y recogida de la Caleta, inspiradora de coplas del Carnaval, y que flanquea los castillos de San Sebastián y Santa Catalina. Un recuerdo, para la playa gaditana del Piojito, que sólo existía con marea baja y que se formaba entre el Club Náutico y la punta de San Felipe.

Consciente del gran reclamo turístico que suponen estas playas, la Junta de Andalucía ha anunciado que, entre sus planes para reactivar el turismo, piensa movilizar 300 millones de euros, de los que destinará 10 millones exclusivamente a proteger sus playas y, por ello, ha solicitado que la apertura de su litoral se efectúe en la fase segunda de la desescalada y no en la tercera, como está previsto por el Gobierno de la nación. Ese dinero será destinado a los equipamientos necesarios para cumplir medidas de seguridad e higiene sanitaria, de manera que Andalucía sea un destino seguro y atractivo.

El problema subsistirá porque el turismo extranjero viene en avión y resulta que el Gobierno sólo ha autorizado vuelos internacionales a los aeropuertos de Baleares y Canarias, pero no a los del Málaga, Sevilla y Jerez (Cádiz), colocando así a sus playas en inferioridad, frente a las autorizadas. Así lo cuenta en su colaboración en estas mismas páginas, José Joaquín León, que se pregunta -y yo con él, dándolo por supuesto- si no será una casualidad que los aeropuertos habilitados son de allí donde gobierna el PSOE.