Por mucho que los patos anden alrededor de un patio, con esos andares patosos y patéticos, como si les costara caminar porque padecieran artritis, no son peripatéticos, señor Hernando. Al igual que alguien con el que no se comparte una decisión política, tampoco lo es, señor Hernando. Para ser peripatético, lo mismo da pato que hombre rana, debería hablar griego antiguo del siglo IV antes de Cristo, tener acento macedónico, haber sido discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno, antes de que a este le diera por conocer mundo, fundar una escuela de filosofía en Atenas, y padecer una dolencia severa de estómago que le hará dar clases a sus discípulos de pie, mientras camina por el campo, y si llueve guarecido en un patio porticado. Y sobre todo tienes que llamarte Aristóteles y fundar la escuela peripatética, conocida como Escuela Peripatos, porque todos sus amplísimos conocimientos los adquirió pensando mientras caminaba.

Confundir este término con patético es lamentable. Es cierto que las palabras se parecen pero se diferencian sustancialmente en lo que no se ve, su origen, su etimología. Justo lo que personajes como Rafael Hernando, portavoz del Partido Popular en el Congreso ni sabe ni creo que entienda. Este personaje que, parece salido de alguna cueva con más eco que sonido y más sombras que luces, tiene el gran dudoso mérito de ser el dirigente político que intentó pegarle a otro en los pasillos del Congreso, Carme Chacón consiguió pararlo.

El mismo que aseguró que la bandera republicana era ilegal, el que aseguró que los familiares de las víctimas de la dictadura franquista "sólo se acuerdan de ellas cuando buscan subvenciones". El que comparó a Andalucía con Etiopía. El que llamó al juez Pedraz "pijo ácrata" y a Barden "gran villano" por cuestionar la reforma laboral de Rajoy, el que denominó a la SGAE como "una auténtica banda de sanguijuelas, chupones y golfos recaudadores". Otra de sus conocidas perlas fue cuando rechazó investigar la opaca herencia del rey Juan Carlos aduciendo que "eso forma parte del pasado".

Otra palabra que también se parece a peripatético es patán, que si bien, tampoco tiene la misma etimología, me sirve para describir al personaje de marras. Y quizás, con sus sinónimos sea más fácil la explicación: basto, cateto, grosero, ordinario, paleto, palurdo, rudo, soez, tosco, villano, zafio. El hombre es el único ser peripatético de la naturaleza, que puede dar un paseo caminado como un pato, hablando, pensando y resultar patético.

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