Debe ser terrible enfrentarte al día a día sabiendo que pronto dejarás este mundo, como le ocurrió a Pau Donés, el músico que nos hizo y nos sigue haciendo muy felices con las canciones que compuso para su banda, Jarabe de Palo, y que se marchó hace ahora dos años víctima de un cáncer.

Entonces escribí que él era de esas personas a las que el éxito nunca le despertó el ego, ese que hace a algunos artistas creerse más celestiales que humanos. No era su caso, él siempre fue muy cercano. Pau Donés fue un músico con los pies en el suelo a pesar de ese triunfo, sin parafernalias, con un mensaje directo, sin barroquismos, con letras sencillas y del día a día, letras que en muchos casos llegan al corazón.

"Estoy enfadado con el cáncer porque no me quiero ir, ahora no me viene bien irme. Preferiría vivir un poquito más, la verdad, pero es lo que hay y estoy bien conmigo mismo, en paz y tranquilo", relataba poco antes de marcharse. Como terapia, él se había impuesto sus particulares 20 mandamientos "para ser feliz".

Los diez primeros son que sepamos vivir el presente; que no perdamos el tiempo pensando en el futuro; que dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos; que dejemos de hacer montañas de granitos de arena; que la tristeza nos dé ganas de reír, que nos riamos mucho; que cantemos en la ducha, en los bares, en las bodas, en las cenas con los amigos o donde nos apetezca cuando nos venga en gana; que aprendamos a decirnos "te quiero" sin que nos dé vergüenza; que nos besemos, nos toquemos y nos achuchemos mucho; que nos escuchemos tanto como sepamos compartirnos en silencio; y que nos queramos, a los demás y sobre todo a nosotros mismos.

Los otros diez eran que nos peleemos lo menos posible, "estar enfadado es una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¡a la mierda el ego y el orgullo!"; que nos dejemos de rollos, de chorradas, de hacer ver lo que no somos, que eso no sirve "pa' ná"; que le perdamos el miedo a la muerte, pero también le perdamos el miedo a vivir; que decidamos por nosotros mismos, que nunca dejemos que los demás decidan por nosotros; que cuando la vida nos cierre una ventana sea cuando más abramos las alas para romper el cristal y salir volando; que las cosas nos lleven adonde sea, pero que nos vayan bien; que los cerebros de zafios, hipócritas, memos, mamelucos, corruptos, pesaos, estúpidos, tocapelotas, mentirosos, gilipollas... se reprogramen y entiendan que en la vida no hace falta ser así, que la vida va de otra cosa; que a las penas, puñaladas y al mal tiempo, buena cara, o mala, que tampoco pasa nada; que la vida sea siempre un sueño; y, en fin, que a la vida le demos calidad, "porque belleza sobra".

Esos 20 mandamientos, si uno los hace suyos, pueden ser elmotor perfecto para afrontar el día a día, porque lo creamos o no, el mañana no existe.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios