En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Pásalo bien y muchas gracias

En la mañana del día de Nochebuena abrí el Facebook y lo primero que vi fue el mensaje con el que Rosendo Mercado ha decidido despedirse de todos sus fans: Pasadlo bien. Gracias por todo. Os voy a echar mucho de menos ¡Se os quiere! Rosendo había escrito ese sencillo mensaje sobre una fotografía suya armado musicalmente con su inseparable Fender Stratocaster, guitarra heredada de su adorado gran maestro de las seis cuerdas, el irlandés Rory Gallagher. El de Carabanchel publicó en la red social ese mensaje tras el último concierto de su gira de despedida, que tuvo lugar el pasado 23 de diciembre en Barcelona. Tras 45 años de andadura musical, anunció a mediados del pasado 2018 que dejaba los escenarios por "el cansancio acumulado y la edad". "Nos hacemos mayores", gritó al público en su concierto de despedida en Madrid. Rosendo, como los grandes, ha decidido bajarse del tren del rock en español cuando aún continúa en la Primera División del mismo, como demostró triunfando en el Teatro de la Axerquía en su último concierto en Córdoba.

Rosendo ha decidido colgar la Stratocaster, sí, pese a que nos duela a muchos, pero en ese casi medio siglo de carrera ha logrado que su música, que destila honestidad, forme parte de banda sonora de esos muchos. Mi primer contacto con su música fue siendo aún un niño. No recuerdo bien el año, si a finales de los 70 o a principios de los 80. Ese primer contacto sucedió cuando me colé en mi pueblo, Belalcázar, en un concierto de la Feria de San Roque que ofreció con su grupo, Leño, una banda a la que yo me resistía a seguir a pesar de que mis compañeros de instituto Gabriel Rodríguez -al que llamábamos Jimmy-, José Manuel Blanco -Mane- y José Antonio Suárez me insistían una y otra vez en lo buena que era. Ese show con Rosendo a la guitarra y la voz, Tony Urbano al bajo y Ramiro Penas a la batería me dejó literalmente con la boca abierta y, como la realidad vale más que mil palabras, entendí en algo más de hora y media de rock que Jimmy, Mane y José Antonio llevaban muchísima razón. Años más tarde, cuando me fui a estudiar Periodismo a Madrid y Rosendo ya tenía su primer disco en solitario, Loco por incordiar, en la calle, aterricé en Carabanchel, barrio donde viví los primeros meses de carrera y en el que Antonio y Angelita, una pareja de mi pueblo, tenían una portería. Antonio me hablaba de lo "simpático, humilde, buena persona y cercano" que es el autor de Maneras de vivir, clásico que elegí para cantar en el ágape de mi boda acompañado de mis amigos del entonces grupo de rock hinojoseño-belalcazareño Algo de qué y canción también que suena y escucho siempre en el Metropolitano al final de cada partido que disputa el Atleti, su Atleti. Maestro Rosendo, pásalo bien. Muchas gracias por todo. Te voy a echar mucho de menos. ¡Se te quiere!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios