La Rayuela

Joaquín / Dobladez /

'Panem et circensis'

UN buen amigo arqueólogo de tendencia anarquista, inteligente y libre pensante, mantiene que la revolución únicamente llegará cuando se acabe el fútbol. Así me lo espetó delante de un plato de fabada de magnífica factura. Llegó a la conclusión tras años de posibilismo en partidos moderados y lucha sindical en primera línea, frente al atropello sistemático de nuestros derechos. Toma como referencia la antigua Roma. "No fue la supresión del pan sino la de los juegos circenses la que desató la ira del pueblo de Roma".

No soy un tipo anti fútbol. Soy sentimentalmente del Atleti. Como rezaba Sabina, "y eso que no doy el tipo de hincha rapado y violento pero que gane mi equipo". Sí me declaro abiertamente antifascista. Lo ocurrido el pasado domingo es una vergüenza de la que medios, directivos y aficiones se han apresurado a advertir, nada tiene que ver con el fútbol. Lo cierto es que nunca he visto a decenas de neonazis enzarzarse en una batalla campal horas previas a una obra de teatro o un concierto de Brahms. Pero, en efecto, el fútbol, en lo esencial no es eso. Tampoco creo que se base en veintidós jugadores y un balón. Creo, sinceramente, que se trata de un gran negocio basado en las pasiones humanas. Y ahí amigos, se encuentra lo mejor y lo peor del ser humano. Permítanme que no me extienda hablando de los frikis de la federación, de los presidentes de los clubes o de las deudas con la hacienda púbica. Recuerden, he dicho del Atleti, hemos conocido lo peor. En la directiva y en los "rapaos".

En 2010 la crisis comenzaba a hacer mella pero ganamos un mundial. En 2012 la situación ya era dramática pero ganamos la Eurocopa. Algo parecido, a menor escala, sucede cada fin de semana. Puede irnos mejor o peor, pero si nuestro equipo gana, todo se hace un poco más llevadero. Recuerdo la tarde que el Córdoba subió a Primera. Todos nos alegramos. Muchos empezaron a echar números en el haber y el debe. El club, los hosteleros, el Ayuntamiento. A mí, personalmente, me parecía más importante lo intangible. Una victoria en el ideario colectivo de una ciudad acostumbrada a perder. Triste pero cierto. Y es que como decía en privado un antiguo directivo del Córdoba, "lo de la pelotita es la hostia".

Siento hablar de futbol a raíz de una paliza entre salvajes. Pero ese universo, el del futbol, es una referencia para niños esculpida a fuerza de horas de radio, televisión, páginas y páginas de diarios y probablemente de nuestra propia estupidez. Ándense raudos los jefes del negocio en que parezca algo medianamente decente mientras siguen haciéndose millonarios con las pasiones de millones de infelices entre los que humildemente me encuentro.

https://www.youtube.com/watch?v=Ih7jfYAOTZo

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios