Hace unos días, Juan Díaz, alcalde de El Viso, municipio de Los Pedroches, demandaba a la Junta -en calidad de miembro de la Comisión Ejecutiva Provincial del PSOE y de regidor viseño- que mantenga las líneas de autobuses entre Córdoba capital y las localidades de esa comarca del Norte cordobés. El también diputado provincial denunciaba "el abandono de la Junta de Andalucía a la zona Norte de la provincia" y reprochaba a los dirigentes del PP que "se les llena la boca de medidas que hay que poner en marcha para frenar la despoblación para evitar que nuestros pueblos queden vacíos, pero a la hora de la verdad no hacen nada para evitarlo".
Díaz afirmaba que "es posible que el servicio de autobuses entre Córdoba y Los Pedroches sea deficitario, pero la Junta debe dar un paso al frente y asegurar las líneas, apostando por los servicios públicos", y añadía que "el Gobierno andaluz debe hacer un esfuerzo y comprometerse con un servicio que dé respuesta a las necesidades de los municipios de la comarca de Los Pedroches". Es totalmente cierto, como argumentaba el alcalde de El Viso, que esa paulatina retirada de servicios a los municipios le hace un flaco favor a eso que llaman fijar la población al territorio, a un territorio, el del Norte que se desangra de habitantes.
A raíz de esa denuncia del alcalde de El Viso leí una columna de opinión en Hoyaldia.com firmada por Miguel Ángel Pérez Pimentel, y titulada No importa, en la que aclara y disecciona con minuciosidad la situación del servicio en Los Pedroches. Pérez Pimentel comenta que desde Belalcázar hay dos servicios de autobuses hasta la capital -uno sale a las 6:45 y el otro a las 14:50-. Tal y como él señala "si coges este último te cuesta hacer noche en Córdoba porque no tienes vuelta hasta el día siguiente a las doce de la mañana". También recoge que en Villaralto directamente no hay servicio "salvo que llames 24 horas laborables antes para que el bus pare. Lo mismo ocurre en Cardeña, pero sólo avisando con una hora de antelación; eso sí, tienes que madrugar y llamar a las 5:30 para que el dichoso autobús pare a las 6:30". Asimismo, Pérez Pimentel destaca que "los fines de semana son más sencillos: los sábados no hay ni un autobús a Belalcázar ni a otros pueblos desde Córdoba ni a la inversa, por supuesto, porque el servicio está suspendido desde el 14 de noviembre".
Estos son solo unos ejemplos de que se puede decir más alto, pero no más claro. Es cierto que si le pregunto a las empresas me contestarán que no son rentables mantener las líneas, pero desde la Administración se debería poner más seriamente remedio -desconozco la fórmula, pero para eso están los que nos gobiernan- contra esa merma paulatina de servicios -médicos, bancarios, de autobuses...- en un Norte cada vez más deprimido por la sangría poblacional, un Norte que, señores y señoras, también existe.
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