Nadie se fía de Pedro Sánchez

Muchos que no lo conocen han dado su confianza a alguien de quien no se fía nadie que lo conoce

El problema está en que muchos que no lo conocen han dado su confianza a alguien de quien no se fía nadie que lo conoce. El bloqueo de la investidura no es una cuestión de números, es una cuestión de confianza, o mejor dicho, de la desconfianza que inspira Pedro Sánchez a todos los líderes políticos, empezando por los de su propio partido.

La aparente ruptura entre el PSOE y Podemos para la conformación del próximo Gobierno podría ser una buena ocasión para ensayar otras fórmulas que permitan eludir la convocatoria de nuevas elecciones. Éstas son indeseables para todos, no sólo por lo aleatorio de los resultados, también por algo que nunca se menciona: su coste para unos partidos financieramente con el agua al cuello, no en vano hoy deben repartirse entre cinco lo que hasta hace poco era cosa de dos, sin que disminuyan un céntimo los gastos. Antes, pues, que elecciones en noviembre sería plausible que Sánchez y Rivera llegaran a un acuerdo de Gobierno, ya que cuentan con escaños para ello y las posiciones ideológicas no son insalvables, como pudo verse en Andalucía. Otra posibilidad sería un Gobierno en solitario, aunque en precario, del PSOE mediante la abstención de Ciudadanos y PP, algo que privaría de todo poder a las huestes de Iglesias y al bloque separatista. ¿Qué se opone a cualquiera de estas razonables soluciones que incluso Vox ha llegado a sugerir? Pues ni más ni menos que la profunda y no menos razonable desconfianza que Sánchez suscita en Rivera y Casado. En primer lugar, el PSOE no ha hecho ningún ofrecimiento a Ciudadanos, al parecer pretende un apoyo gratis y basado en la mera buena fe. Y lógicamente, Rivera no pasa por ahí aunque sea eso mismo, y aún peor, lo que él mismo pretende de Vox en Murcia y Madrid.

Pero todavía podemos ir más allá: supongamos que llegara a existir un acuerdo que posibilitara la abstención de Ciudadanos y del PP para la investidura de Sánchez, ¿alguien puede dudar de que éste lo traicionaría sin el menor rubor para luego desarrollar su acción de gobierno con el apoyo a medidas concretas de Podemos y los secesionistas? Con esos apoyos Sánchez estaría blindado frente a una moción de censura de quienes habrían hecho posible su investidura. El papelón de Rivera y de Casado les convertiría en el hazmerreír de toda España con un coste inasumible, el de su propio liderazgo.

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