¿Móviles en las aulas?

No nos dolerían prendas si aplaudiéramos una hipotética prohibición de los dichos terminales… en clase

Sucedió hace tan solo unos días: El autor de esta "opinión" tuvo la suerte -y el honor- de compartir mesa y mantel con un individuo singular, a nuestro juicio. Nos pareció así porque, además tratarse de un amigo entrañable, en el susodicho concurría una circunstancia infrecuente -casi en peligro de extinción-. Digo. Porque se trata de persona de una privilegiada inteligencia. Y, a mayor abundamiento de argumentos, dotada de una gran preocupación por el interminable rosario de problemas de toda índole con los que topamos con más frecuencia de la deseada y de los que el ilustre individuo al que aludo resulta tener la condición de hábil y experto conocedor de los mismos, como se puede deducir de la lectura de su inagotable publicación periodística.

Pero… acontecimientos como la corrupción, el desempleo, la relación entre los responsables políticos del PSOE y Unidas Podemos -de los que, según todos los indicios, depende nada menos que la formación del gobierno de la nación no son los únicos motivos de preocupación de los terrícolas que por el mundo pululamos. Lamentablemente, son tantas -y de tan variada calaña- las causas que pueden privarnos del sueño que un intento de resumir las mismas en este lugar nos resultaría tarea de imposibilidad metafísica por falta de espacio. Eso sí: A fin de corroborar nuestro aserto recurrimos a un solo ejemplo: el teléfono móvil o inalámbrico, también llamado "celular". Aludimos a este… ejemplar, entre otras razones, por las… ventajosas utilidades que el susodicho artilugio nos depara a juicio del interlocutor al que aludimos.

El reconocido prestigio del individuo que, según dejamos apuntado, nos acompañaba nos impide poner en duda las virtudes que atribuye a los susodichos terminales. Son muchas y, en efecto, pueden considerarse los dichos aparatos una herramienta de trabajo. No solo de estudiantes: también de los que carecemos de esta condición.

Queda por ver si las dichas ventajas son suficientes para compensar los inconvenientes que suponen, sobre todo en los jóvenes de edad escolar.

Los resultados de un somero análisis nos hacen concluir que, tanto por la… cantidad como su calidad, los "inconvenientes" anulan, por completo a nuestro juicio, las "ventajas". Consecuentemente, no nos dolerían prendas si aplaudiéramos una hipotética prohibición de los dichos terminales… en las aulas.

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