Todos tenemos alrededor gente más y menos de tacos, amigos a los que jamás les hemos oído una palabra malsonante, compañeros y familiares que pese a la ira y los enfados en los que podamos haberlos visto, no tiran de palabrota alguna y en ningún caso; no son de desahogarse con los vocablos más feos. Otros que por el contrario, recurren al palabro ordinario, al dicho ofensivo con enorme facilidad y tienen esas expresiones en su haber diario, se valen del coño, del joder, con habilidad y fluidez en su expresión verbal habitual. En uno de esos estudios absurdos de alguna universidad extranjera que a todos nos llegan, se publicó recientemente que decir palabrotas nos hace más felices. Sí, ya, el nivel de rigurosidad y el grado científico se lo conceden ustedes, pero yo les reconozco que, en determinados escenarios, a una le han provocado un nivel plus en la sensación de tranquilidad.

Para los que evitan los improperios y son poco de blasfemia, bien por propósitos impuestos o porque su condición natural les permita cumplir con la contención verbal por encima de la media, hay que facilitarles o prestarles algo; en mi entorno, los exquisitos en la expresividad, tiran de lo que yo considero sustitutos, y he podido comprobar que hay varios que han encontrado el mecachis como suplente de primer orden. El mecachis lo imponen frente al término chabacano y, aunque desconozco el nivel de consuelo y alivio que encuentran en él, tengo constatado que lo emplean.

Obviamente todo tiene su excepción y está claro que hay entornos en los que los tacos se mueven en su hábitat más natural, el deporte, alguna negociación acalorada, el coche y los atascos; ahí no concibo sustitutos, ahí los datos de aquel estudio son reales, ahí el único consuelo nos lo da el taco; ahí no caben los mecachis, ahí nada como un buen … aquello que nos viene a todos a la cabeza.

Esta semana, el de José Antonio Nieto a la hemeroteca, tras confirmarse que será cabeza de lista por Córdoba en las próximas elecciones autonómicas, el de los artistas de Flora a la lluvia, el que se han ganado las goteras en el Palacio de Congresos de la calle Torrijos, y el de las madres y padres ante los fríos y el inicio oficial de la temporada de mocos, se configuran como los mecachis de máxima actualidad. Pero indubitadamente, y dando por hecho que el líder es de esos de contención verbal, el mecachis de la semana es cómo no, el de Juanma Moreno a Tejerina. ¡Ay, Tejerina, Mecachis!

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