Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Matemática pura

No se puede limitar el aprendizaje de este tipo de conocimiento, simplemente por el futuro de todos

Las Matemáticas no fueron una de mis asignaturas favoritas, lo reconozco, pero cuando llegué al desaparecido COU tenía que elegir entre Arte y Matemáticas II. Me decanté por esta última en previsión de que me sirvieran para una carrera universitaria que aún no tenía decidida del todo y lo hice después de que en tercero de BUP cursara Griego en lugar de Matemáticas.

Y así llegué a COU, un curso después de no haber hecho apenas operaciones ni cuentas y, aunque descubrí que las Matemáticas seguían siendo complicadas -no son un punto demasiado fuerte para mí-, aprendí a hacer, entre otros, operaciones de probabilidades, que realmente me gustaban porque resultaba como un juego. Pues ahora, parece que a la ministra Celaá no le debe gustar mucho o no considera esencial esta asignatura, lo que no resulta una sorpresa teniendo en cuenta que en el Palacio de la Moncloa sí que se saben echar cuentas y números para sacar medidas en el último minuto del partido y ganan cada votación y manejan las estadísticas a la carta.

En medio de una pandemia y con escasa capacidad de respuesta, en el Ministerio de Educación sí que tienen tiempo para preparar el proyecto de Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación. Esta nueva ley de educación -la enésima ya, si es que sale adelante- establece que las materias comunes para todos los Bachilleratos serán Educación Física, Filosofía, Historia de la Filosofía, Historia de España, Lengua Castellana y Literatura, Lengua Extranjera y Lengua Cooficial y Literatura. Pero sin rastro de las Matemáticas. Sólo este hecho ha provocado que las reales sociedades españolas de Física, de Química y de Matemáticas pidan que la asignatura de Matemáticas sea una "materia común" de todas las modalidades. En el Ministerio, por su parte, dicen que ya se especificará en "el desarrollo posterior de la ley".

Y es que no puede haber ciencia sin matemáticas, como defienden estas sociedades y, menos aún se puede consentir que en esta época que vivimos que esto sea así y se pueda limitar este tipo de conocimiento, simplemente, por el futuro de todos; es algo totalmente básico. ¿Nadie se ha parado a pensar en la situación a la que se puede enfrentar un alumno cuando inicie un grado universitario y sus conocimientos matemáticos sean los de cuarto de Secundaria? Por el momento, el resultado es cero y la respuesta oficial, ya llegará por decreto, al igual que mañana es sábado.

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