Mascarillas: ¿para qué?

Contra las crisis provocadas por el paro, la inmoralidad y otros estropicios de parecidas consecuencias, la mascarilla no sirve de nada

Si los hados no lo remedian, -y… todo parece indicar que va ser que no-; aquí todo quisque terminaremos teniendo que taparnos los morros para que el aire que respiramos no devenga en una pócima de efectos tan letales como que los de la actual pandemia. Sí. Porque… la cosa pinta mal. Es por ello que -como medida de protección- cuasi todos los humanoides, nos vamos acostumbrando a utilizar la mascarilla en cuestión, ya convertida en ropaje de uso más necesario -y habitual- que los calzoncillos.

La dicha pandemia nos recuerda otra: La llamada gripe porcina. Dizque trae causa de los puercos, también llamados marranos, cochinos…

Los facultativos advierten de que el virus también se puede transmitir por el aire que respiramos. Y es por ello que -como medida precautoria-, por los responsables de la sanidad pública se aconseje -o se imponga- la utilización de las dichas mascarillas.

Pero los terrícolas estamos constantemente expuestos a otras… patologías sociales. Las hay de muy diversa calaña. Pero la que, hoy por hoy, consideramos más preocupante es una relativa a la sanidad: Se dice que la salud pública está en manos de un… "comité de expertos". Y, según las mismas fuentes, el dicho… "comité" ni está ni se le espera: No existe.

Lamentablemente, situaciones parecidas son cuasi tan frecuentes como la presencia del covid-19. Pero no dimanan de ideologías políticas: Son fruto de la falta de escrúpulos, que es cosa bien distinta.

Además, existen diferencias sustanciales entre los males derivados del coronavirus y los que tienen su origen en las corruptelas caciquiles. Ejemplo: la pandemia. Es muy… democrática ella: Afecta a todos por igual. No distingue entre ricos y pobres; importantes caciques o débiles currantes. Por el contrario, el desempleo y otros males sólo afectan a los más débiles. Y de los abusos del poder caciquil sólo salen beneficiados los amiguetes de turno de algunos políticos, (no de todos).

Es por ello que, entre los males que tenemos que padecer, un servidor prefiera los de etiología porcuna a los procedentes de caciques: De aquellos, se puede uno defender con una simple mascarilla. Contra las crisis provocadas por el paro, la inmoralidad y otros estropicios de parecidas consecuencias, no hay mascarilla que valga.

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