El fuste

De / Jesús Cabrera / Jcabrera@ Eldiadecordoba.com

Mármol sin jaramagos

LA conservación de los monumentos es una regla de oro a cumplir si se quiere que su estado sea siempre correcto. El abandono durante un tiempo hace que haya que emplear planes de choque que siempre serán más caros económicamente y harán que la buena imagen no sea constante. En los últimos días, una cuadrilla de jóvenes se ha encargado de limpiar de hierbas, jaramagos y basura acumulada el recinto del templo romano de la calle Claudio Marcelo, uno de los monumentos que están a la vista de todos, en pleno centro y que recientemente han sido incluidos en la ruta de la Córdoba de Séneca. En estos días de llovizna y niebla, los viejos mármoles han vuelto a recuperar su nobleza acentuada con la pátina del tiempo. Los gatos que merodean en este lugar siguen con el lujo de pisar un suelo histórico, pero, eso sí, limpio como una patena.

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