Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Marketing puro

Puede ser que la política sean gestos, pero se está llegando a unos extremos en los que no todo vale

Aún hay quien pueda todavía estar cegado por la más de veinte banderas de España y de la Comunidad de Madrid que la pasada semana intentaban arropar al presidente del Gobierno y a la presidenta de Madrid para dar a conocer que entre ellos, digamos, la guerra se había acabado y que comenzaba un periodo de tregua. Sirva esa imagen para demostrar que, en la política actual, lo único que vale es el marketing y contar con una pléyade de personas que te digan que oye, que lo has hecho fenomenal, que eres el más apuesto y que con dos frases rebuscadas de alguna serie norteamericana sobre la vida en la Casa Blanca dejas al espectador, al oyente o al lector con la boca abierta.

Aquí tampoco faltan gestos. En los últimos años, la imagen de nuestros políticos locales se ha abierto paso en las redes sociales -que tiemble el que no esté-, no faltan selfies o retuits para dejar constancia de que yo también he estado allí o la felicidad que se tiene cada día.

Puede ser que la política sean gestos, pero se está llegando a unos extremos en los que no todo vale, aunque hay quien, sin embargo, o bien no quiere enterarse de qué va la cosa, o bien es que realmente ni le interesa y deja pasar la vida como si nada, que siempre es la opción más sencilla: la de no mojarse y evitar el caos, ahora que tanto se lleva.

No todo vale, y menos con la pandemia del coronavirus, que parece que a más de uno le ha vuelto a pillar a contra pie. Es el caso de los centros educativos. ¿Nadie se pensaba que iban a registrarse casos?, ¿nadie pensaba en la Delegación de Educación que hay que informar de ellos al momento? Pero con datos serios y no que lleguen pasados de fecha. Pero parece que no y van tarde, aunque bienvenido sea el parte que se supone que va a llegar de nuevo a los medios con los centros afectados.

Pero es que hasta la fecha, han sido gran parte de los colegios e institutos los que han comunicado cada caso, tal y como ya hicieron en la primera ola los alcaldes de la provincia que comenzaron a informar de cada positivo. Este hecho, además, provoca no solo que los niños tengan que estar en cuarentena en sus casas, sino también al profesorado. Lo peor y más lamentable es que no se hagan las PCR necesarias al profesorado si no tiene síntomas después de haber dado clases en la que sí ha habido un caso positivo. Algo a lo que hay que darle una solución de manera inmediata.

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