Loable tratamiento

Pudimos comprobar que el buen hacer de los profesionales referidos es una práctica habitual

El autor de esta "opinión" cumple con el deber de pedir disculpas a sus… queridos -y sufridos- lectores. Entre otras razones, por una prolongada ausencia de este espacio. Se debió, por una parte, a las vacaciones de agosto de las que venía haciendo uso habitualmente. Pero, además de la indicada circunstancia causal, hay otra… de naturaleza impeditiva: Por mor de una puntual -y transitoria- indisposición -que precisaba asistencia médica urgente- es lo cierto que un servidor tuvo que ser atendido por personal de la sanidad pública, que lo trasladó al Hospital Universitario Reina Sofía, de nuestra ciudad, donde fue atendido por personal sanitario de la casa.

Debe confesar -y confiesa- el autor de este espacio que, en caso de precisarlo, los servicios de la sanidad pública no le venían resultando de carácter… preferente. Dicho en román paladino: En caso de necesitar asistencia médica, solía acudir a los profesionales de la sanidad privada. No nos faltaban motivos justificativos de esta actitud de "preferencia" por la medicina privada en detrimento de la pública.

Mas, por mor de la asistencia de que fui objeto en el Reina Sofía, posiblemente me vea en la necesidad de evitar la dicha diferenciación. Digo. Por las razones siguientes:

Como dejo indicado, tuve la necesidad de ser atendido en el susodicho Centro Sanitario, el Reina Sofía. El trato -personal y facultativo- de que fue objeto el autor de este espacio merece, a su juicio, la calificación de extraordinariamente bueno en general, no solo por las atenciones clínicas y personales recibidas sino también por la perfecta coordinación y eficacia de los distintos servicios. Especial mención nos merece la actuación, en general, de los facultativos siguientes:

Neurocirugía: doctoras Marta Guzmán y Julia Martín; Maxilo Facial: doctor Arévalo; rehabilitación: doctor Jesús González; neurología: un residente del que no recordamos su nombre, pero del que recibimos unos cuidados y atenciones que, por su exquisitez, siempre recordaremos con afecto y agradecimiento.

Pudimos comprobar que el buen hacer de los profesionales referidos, de urgencias y neurocirugía, constituía una práctica habitual. Generalizada. De aplicación a todos los pacientes y usuarios. Por ello, nos parece de justicia nuestra pública -y sentida- enhorabuena y agradecimiento al dicho personal -y a la inmensa mayoría de los demás- por tan loable tratamiento y desinteresada ayuda.

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