Mensaje en la botella

Listas, listos y listillos

Habrá que ver si el plan de choque de Salud, con 25 millones, es suficiente

Pues vaya semana que cerramos con el asunto de las listas de espera en la sanidad pública andaluza. El cordobés Jesús Aguirre, consejero de Salud y Familias para más señas, ha dado cuenta de que alguna fullería había por ahí, de manera que son unos 500.000 andaluces que no estaban en los papeles como personas que tienen pendiente una operación quirúrgica o acudir al especialista, unas cifras que en el caso de Córdoba se quedan en más de 72.000 usuarios, 14.627 para ser intervenidos y algo más de 57.000 para ser atendidos por un facultativo en las consultas externas de los centros sanitarios.

Si les digo la verdad, esta especie de revelación me ha pillado de sorpresa, pero no tanto, por aquello de que los propios médicos, otro personal sanitario y los periodistas que se encargan de estos asuntos llevan ya algunos años poniendo en duda los números que estaba ofreciendo en Servicio Andaluz de Salud que gestionaba el Gobierno de Susana Díaz. Las razones de por qué se hacían las cosas así habría que preguntárselas a los que estaban antes, pero a nadie escapa que detrás de esa estrategia había un interés político de maquillar la acción de gobierno y también electoral, que aquí nadie da puntadas sin hilo.

En cualquier caso, quienes lo hicieron supongo que asumieron el riesgo de que antes o después este asunto se haría público y que le lloverían las críticas por esa operación de estética, con el matiz, claro está, de que en el PSOE no se habían planteado ni por asomo la posibilidad de perder el control de la Junta de Andalucía después de las elecciones del pasado mes de diciembre.

Por ahora, la solución que se ha planteado desde el Ejecutivo de Juanma Moreno es la de activar un plan de choque que, a priori, no sé si será suficiente para atajar el problema, con 25 millones de euros. El consejero -médico de profesión- afirma que el diagnóstico está hecho y que lo que falta ahora es poner en marcha el tratamiento. No lo dudo, pero dada la gravedad del caso, en el análisis habría que tener en cuenta algunos aspectos.

Listas de espera. Ese es el problema principal, porque lo que hay detrás son personas, cada una con una con un drama personal y familiar al que la Administración no puede obviar de ninguna de las maneras.

Listos. Entiéndase como personas con capacidad y que engloba a los que se suponen que conforman el nuevo organigrama de la Consejería de Salud y que tienen que articular todas la medidas para acabar con una situación grave.

Listillos. Los que comenzarán a rasgarse las vestiduras, a decir que vaya herencia recibida y a tratar de aprovecharse de la situación con intenciones partidistas, con el único objetivo de desgastar al adversario como si el personal fuera lelo. Estos últimos -improductivos- son los que sobran, pero por desgracia suelen ser los más numerosos.

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