ANTES, las llamadas analíticas eran, como los padres: dos. Sangre y orina., pero los adelantos científicos las han convertido en una lista de tapas. En lugar del "tenemos: er casón, los calamare, la pavía, er menudo, la cocleta y la paella….¡que acaba de salí!", ahora disfrutamos de un menú de análisis para todos los gustos y humores, entendido esto último como líquidos del interior del organismo: lágrimas, sudor, líquido cefalorraquídeo y esperma….que también acaba de salir, etcétera.

Hablando de estas secreciones ojalá se pudiesen realizar también análisis instantáneos del humor según la primera acepción del DRAE. Así el dato, en una determinación de este tipo, que diese un alto valor de mala leche nos pondría sobre aviso antes de pedir a alguien un favor.

En la, cada vez más, inacabable lista de análisis están incluidos los de piel, mucosa y pelo. En este último caso Don José recibió hace unos días una consulta:

-É que me estoy queando tarmante como una habichuela. ¡Espelechá totá!

Cuando el boticario indaga, extrañado sobre análisis tan específico, le contestan.

-Me lo ha mandao er de la pié.

-Bueno pero, de todos modos, enséñeme la prescripción.

Se trata de un análisis normal y corriente que el dermatólogo prescribe para descartar o incluir alguna causa que en principio genere esta patología y no del pelo propiamente dicho.

Como don José tiene la especialidad en Análisis Clínicos, aunque no la ejerza, se siente obligado, amén de su tendencia a detestar el no, a contestar o al menos enterarse de las últimas novedades y técnicas que están apareciendo en el campo sanitario.

Ya se ha dicho que el inapreciable ojo clínico está siendo sustituido por multitud de pruebas complementarias como tomografías, ecografías y hasta el robot Da Vinci que opera desde Copenhague a un tío en Barbate.

La educación sanitaria desde las boticas es impagable. Carmela lleva tiempo con molestias en el cuello que el médico achaca a problemas de tortícolis o en algún caso a ese cajón de sastre que son las cervicales. Hace un mes el boticario se fijó especialmente en ella porque entró discutiendo con su inseparable Conchi.

-¡…los ojo sartone los tendrá tu puñetera mare!. ¿Y esta?

Efectivamente el boticario detectó el inicio de una posible exoftalmia, síntoma primario de un problema de tiroides, por lo que le dio indicación a Carmela por escrito para que fuese de su parte al médico del consultorio.

-Tú va tené er vasio.

-¿Er vasio?

Don José, para no liarla pues hoy tiene prisa, le explica por encima a Carmela lo que quiere decir Conchi y muy superficialmente le da una noción sobre la glándula tiroides su ubicación y su misión

Al día siguiente ha llegado con una prescripción escrita en un P-10 que, obviamente Carmela, y por supuesto Conchi, han intentado leer, invadida de siglas entre las que destacan: T-3, T-4, TSH, TSI y TPO.

-A vé que ma mandao el hombre, porque lo único que he podío entendé é lo der TBO y ma dicho Pepito er der quiosco que ya no los jasen.

GLOSARIO:

Vasio: Bocio