Lío de Mármol

José Manuel Mármol tendrá que sacar con nota el examen si no quiere quedar como político sillonero e imprudente

Priego de Córdoba vuelve a las andadas, a lo característico de estos tiempos pedorros: la mudanza política, la fricción, la improvisación chusquera. A ello llegarán gracias a una moción de censura que supondrá el final de la etapa como alcaldesa, seis años en total, de la expresidenta de la Diputación María Luisa Ceballos (PP). Una alianza entre los partidos de la oposición (PSOE, lo que queda del sepelio andalucista y la marca municipal de Podemos) será la causante del fin del gobierno popular, que en la últimas elecciones se quedó a un solo concejal de la absoluta. La noticia es mala para Priego, y es mala porque nunca un apaño de este tipo, claramente sillonero, se hace pensando en los intereses de un pueblo sino en los intereses de la tropa que durante los dos próximos años ocupará los despachos oficiales. Las experiencias precedentes al respecto son numerosas, y por eso les mando mis condolencias a los prieguenses menos politizados, esos que verán como su municipio se paraliza debido a las fricciones internas de un tripartito incoherente y echo a la carrera mientras el ambiente en el municipio se enrarece entre los partidarios de lo nuevo y los muy cabreados seguidores de Ceballos. Deberán los populares, no obstante, medir sus alharacas, pues ellos mismos también han estado felices y contentos promoviendo pactos poco comprensibles en otros municipios sin que entonces sintiesen ni vergüenza ni lástima, por lo que corren el riesgo, si se pasan de rosca, de hacer el ridículo. Aunque aquí el que de verdad se la juega es el futuro alcalde, el senador socialista José Manuel Mármol. Considerado uno de los jóvenes con mayor ascendencia en el PSOE duraniano, tendrá que sacar este examen con nota si no quiere retratarse como un político demasiado ambicioso en lo sillonero e imprudente en el manejo de los tempos. Los ciudadanos de Priego tendrán en su mano la sentencia en apenas dos años y se verá entonces si la carrera de este hombre se fortifica o si, por el contrario, esta moción a la carrera ha sido un desliz grave que le acaba costando un prestigio que aún ni se había construido. Que celebre poco y curre mucho porque, por exceso de ímpetu, se ha metido en un lío que puede nublar bastante el panorama de éxitos que se le auguraba.

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