En Madrid se produce otro caso dramático del síndrome de Albert Rivera. A un dirigente inmaduro le dicen las encuestas que podría ser el más votado si hubiese elecciones y pierde los papeles. En política, como en la vida, la impaciencia es tan mala compañera como la altanería. Concentrados en el culebrón Ayuso, su brother y el pérfido secretario general, se nos ha olvidado muy pronto que Casado le pidió a Mañueco que tirara los dados en Castilla León y a Moreno que calentara la banda porque iba detrás. Aunque ahora quieran poner tierra por medio, Alfonso y su amigo Juanma se prestaron a esos manejos. El jefe del PP andaluz hizo bromitas de dudoso gusto en la campaña castellano leonesa sobre quién convocaba antes, quien iba después.

Así se tiró al vacío Mañueco, engatusado por una mayoría inexistente que le permitiría dejar de ser un segundón aupado por los mansos de Cs. Génova quería además demostrar a Aznar que Casado abanderaba un cambio de ciclo, pero se ha quedado con el palo sin bandera. Todo salió mal. Un empequeñecido Mañueco resultó ganador pírrico y quedó a merced de los iracundos de Vox con los que hace un armónico palíndromo 31 13. Le ha salido es un capicúa del número trece; mala suerte. Así, Ayuso cogía inercia y estalló la guerra total.

También hay resaca andaluza. El presidente de la Junta se aleja del avispero castellano leonés, suspende su rally de consejos de gobierno en las provincias y se refugia en su especialidad, la propaganda. Buen ejemplo fue la sesión de control en el Parlamento la semana pasada. Inmaculada Nieto (IU) le reprochó su "propaganda formidable, pagada con dinero público". Él la acusó de "faltar a la verdad". Pero Moreno se retrató en su explicación: "He estado inaugurando un centro de enseñanza integrada en Almerimar, en El Ejido, o el centro de FP de referencia aeroespacial en La Rinconada… Eso es la política real; transformar los proyectos en realidad… Inaugurar proyectos tangibles de carne y hueso, que se puedan tocar". [Diario de Sesiones 9 de febrero, página 25]. Los dos actos, de Almerimar y La Rinconada, fueron primeras piedras. Pero el presidente de la Junta, en sede parlamentaria, los convierte en realidades tangibles y ¡proyectos de carne y hueso! que él ha inaugurado ya.

Tras el auge de Vox y el culebrón de Trinconete y Casadillo el PP andaluz querrá estirar su mandato. El portavoz de la Junta ha dicho que queda un 25% de Legislatura, todo el año 2022. Bendodo hace fraude con los números de nuevo. El Parlamento se disolverá automáticamente 25 días antes del 2 de diciembre, si el presidente no lo hace antes. [Artículo 42.2 de la ley electoral]. Como ha pasado más de mes y medio del año y por detrás se recortarán casi dos, lo que queda es un 17,7%. Eso sí, el trayecto se le va a hacer largo a este Gobierno minoritario contestado en la calle, con una marca en crisis y la otra hundida. Nos espera mucha propaganda para compensarlo.

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