La vida vista

Félix Ruiz / Cardador /

Iglesias 'in love'

ARNALDO Otegi salió ayer del trullo después de haber cumplido su condena por ser marioneta política e integrante de ETA y envuelto en un pretendido y bufo halo de víctima de un estado totalitario. Nada nuevo bajo el sol, más bien cosa rancia ese folklore de banderolas y aplausos de un comité de bienvenida formado por gentes que hace no tanto veneraban a una pandilla de pistoleros vulgares y ahora nos dan lecciones de democracia. La novedad, o no tanto, vino sin embargo del lado de Podemos y en especial de Pablo Iglesias, que en Twitter se quitó por un rato el mascarón carnavalero de socialdemócrata para sacar su esencia de marxista leninista compresivo y piadoso con el terror etarra, lo que siempre ha sido, y declarar su admiración por el señor Otegi, al que considera un demócrata fetén, de categoría. Se agradece la sinceridad, pues a estas alturas seguro que alguno había comenzado a pensar que Iglesias llevaba su carpeta en Secundaria forrada con fotos de Olof Palme cuando es probable que las llevase envuelta en bucólicas instantáneas de Txelis, Paquito y Makario. Seguro que perdió el líder de Podemos algún chorreón de votantes con este alarde de claridad, pero del mismo modo retuvo al tropel de añejos proetarras que han llegado a la conclusión de que la independencia está más cerca votando a Podemos que votando a Bildu. Lo de Iglesias ahí queda en cualquier caso, y ahora toca ver de nuevo a Otegi hasta en la sopa e incluso verlos a ambos abrazándose y lanzándose guiños de marxistas-demócratas in love, angelitos. Habrá que apechugar pues con ello, porque gracias a esta democracia -que tanto desprecian- libres son ambos de hacerlo, y es justo que así sea. Lo que más cuesta aceptar sin embargo es que ETA, más allá de este teatrucho, siga en pleno 2016 sin disolverse y sin cumplir el plan de desarme que los terroristas anunciaron ante un comité internacional bonachón, tontuelo y muy de pandereta. Porque aceptemos que Otegi salga y se dedique a la política cuando la ley se lo permita y que Iglesias se parta las manos de tanto aplaudirlo en su arrobo, pero lo que no me explico es por qué carajo todavía ETA sigue existiendo sin disculpas, con armas y con la puerta siempre abierta a volver a lo suyo cuando lo vean preciso o posible. Maldición tremenda de la que España no se ha logrado librar aunque algunos crean que sí. Candidez, divino tesoro, que todavía cunde mientras el exconvicto Otegi, nunca jamás preso político, sale a la calle para disfrutar de la vida, y los muertos, como anoche decía Benítez Reyes, siguen los pobres para la eternidad enterrados en sus tumbas. Hace falta estar ciego...

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