Cambio de sentido

Humo

Propongo sustituir las fotos impactantes de los paquetes de tabaco por una pregunta: "¿Por qué?"

Los psicólogos de la Gestalt, conmigo, se pondrían las botas; lo mío desde luego es para hacérmelo mirar. El otro día vi una de esas imágenes que traen los paquetes de tabaco y no la pude decodificar. "¿Esto qué es lo que es? -me preguntaba, chinadísima, dándole vueltas a la cajetilla-, ¿qué parte del cuerpo?, ¿qué orificio?". Aquel primer plano quería meterse tanto por los ojos que mis ojos -quizá como defensa- no supieron entender. Era un gran agujero en una garganta. Desde hace un año, las 42 imágenes de Fumar mata son más grandes y agresivas. Contra el humo, etéreo, imágenes pétreas y sonadas. Taxonomía: las hay hiperrealistas (una boca podrida), gores (una operación a cacho abierto); figurativas, reales (¡y tanto!: un coruñés denunció que la foto de cuando se operó de la espalda salió sin su permiso en los paquetes) y ficticias (un féretro blanco y unos padres fumadores de mentirijilla); abstractas (espermatozoides erráticos), alegóricas (el desdoblamiento, a lo Hitchcock, de una cara en calavera) y poemas visuales a lo Joan Brossa (el gatillazo del cigarrillo o el feto de ceniza en un cenicero-vientre).

El tabaco es muy malo y está bien que se recuerde y sobre todo que se desmonte la idealización -ese "humo embriagador que acaba por prender la llama ardiente del amor"- con la que los vendedores de humo construyeron el deseo del fumeque. Hasta ahí conformes. Lo que desatenta del discurso de las autoridades sanitarias es su agresividad -imágenes impactantes hechas para el homo videns, no para el homo sapiens- y el continuo recurso al argumento económico. Mucho insisten en que quienes fuman -esos pecadores civiles- salen caros a las arcas públicas. El tabaquismo es un problema serio porque cuesta vidas, mucho antes que dinero.

Si es por salud, propongo avisos urgentes en los tubos de escape, en los polos químicos ("Directo al corazón"), en los despertadores ("Atención, taquicardias"), en los relojes ("Prisa mata"), en la chepa de los malos jefes ("Este baranda provoca hernias de hiato"), en las discotecas donde me dejen pasar gratis ("El machismo te puede matar"), sobre la tele ("Levántate y anda"), en las chabolas ("Aquí no hay quien viva")... O mejor, contra el tabaquismo, contra todo lo que mata o nos da mala vida, por salud pública, propongo un cambio integral de estrategia: sustituir fotos y lemas por una sola pregunta, escrita a grandes letras, hecha hasta el fondo. Ésta: "¿Por qué?".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios