Homilías en campaña

La homilía de don Santiago no tiene nada que contradiga lo que la Iglesia viene manteniendo desde siempre

Como no escuché directamente las palabras del obispo de Huelva en su homilía de Pentecostés en el Rocío, y visto como han saltado a la yugular los partidos, organizaciones y medios afines a la izquierda, he acudido al portal web de la Diócesis de Huelva donde cualquiera con verdadero interés en informarse pueda acceder al texto completo del discurso.

La homilía de don Santiago no tiene en principio nada que contradiga lo que la Iglesia viene manteniendo desde siempre, empezando por su cabeza, el papa Francisco (llaman casi a la compasión los intentos de hacerle caer en algún desliz a propósito del aborto o la eutanasia quienes desde cierto reporterismo progre de cuando en cuando son invitados a entrevistarlo). En su parte central, tras invocar el misterio de la celebración de Pentecostés, hace una alusión a la reciente carta de los Obispos del Sur, en la cual se insta a los fieles, cito textualmente, "a respetar el derecho a la vida humana, inviolable desde su concepción hasta su muerte natural; el reconocimiento, promoción y ayuda a la familia, como unión estable entre un hombre y una mujer, abierta a la vida; el derecho de los padres a educar a sus hijos según las propias convicciones morales y religiosas…". ¿Es realmente esto un mitin electoral, como se ha escrito? Un poco exagerado me parece, y más cuando remata el párrafo pidiendo "la defensa y ayuda a los más débiles de la sociedad, como ancianos, jóvenes, parados e inmigrantes".

Donde en mi opinión no estuvo afortunado el obispo, más que en el contenido propio del texto, fue en la alusión expresa a la celebración de elecciones el 19 de junio, desplazando el discurso desde el ámbito de la doctrina de la Iglesia (que es la que es, y no tiene por qué gustarle a todos) a la contienda electoral, por lo que sus palabras corren el riesgo de convertirse en pura mercancía para políticos desahogados (y en algún caso, hasta desesperados), como así ha sido. Del consejo sosegado de todo buen pastor ante su grey al "ojo a quien votáis" hay solo un paso, y en determinados momentos casi es mejor no darlo.

De cualquier forma, y visto lo claro que parece tenerlo el personal de cara al 19-J, tampoco parece que las palabras del obispo vayan a alterar el sentido del voto de nadie. Entre otras cosas porque, si de ajustarse a la palabra del Evangelio se tratare, lo mejor que hacemos es quedarnos todos en casa y no votamos a nadie.

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