Homenaje justo y... necesario

Belmonte ha dejado constancia de la capacidad intelectual de los artistas cordobeses con su escultura sobre Sadeco

Desde hace tan sólo unos días, la ciudadanía cordobesa puede disfrutar de una nueva imagen escultórica. Se ubica en el Bulevar Hernán Ruiz de nuestra ciudad y es obra de un conocido y prestigioso maestro del arte: José Manuel Belmonte.

No tiene la condición de única la efigie a la que aludimos: La ciudad de Córdoba es pródiga en otras bellísimas esculturas con la firma del susodicho. La que ahora referimos reproduce una mujer ataviada con la indumentaria que es utilizada en las labores de limpieza de las vías públicas de la ciudad. Es decir: Representa una mujer empleada de los servicios urbanos de limpieza de las dichas vías.

A tenor de lo publicado, parece ser que, con la dicha reproducción, se pretende rendir homenaje, no solo a la totalidad de la plantilla de trabajadores sino también a la propia mercantil, Sadeco, por tantos años de servicio prestados, no exentos de dificultades de todo tipo en muchas ocasiones,

Obviamente, el susodicho "homenaje" nos parece digno de toda loa, por… "justo, merecido" y hasta necesario. Mas, a juicio del autor de Las Tendillas, la escultura en cuestión tiene otras connotaciones. Otras… lecturas:

Por una parte, el autor de la estatua ha dejado constatado, de manera clara y duradera, que el mal llamado sexo débil ha pasado a mejor vida. Porque, como puede refleja la propia escultura, puede desempeñar funciones laborales sin detrimento de su rendimiento profesional. Consecuentemente, el peyorativo, e irónico, apelativo, bien puede ser eliminado del diccionario oficial, a nuestro juicio.

Por otra, el escultor deja constancia, mediante su obra, del incuestionable talento de los artistas de nuestra ciudad. Y, si para muestra vale un botón, sírvanos de tal el propio autor de la escultura a la que nos referimos, y del que podemos predicar que ha atinado. Ha logrado su propósito: Por una parte, rendir justo homenaje a las mujeres trabajadoras, dejando sin contenido el apelativo de sexo débil con el que se venía calificando a las mujeres. Por otra, a la empresa de la que dependen. Además, Belmonte ha dejado constancia de la capacidad intelectual de los artistas cordobeses. Ejemplo: el propio autor de la escultura que motiva esta "opinión".

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