Hacerlo bien

Los resultados puede que no siempre dependan de nosotros, pero el proceso, sí

Que no siempre se gana es algo que aprendemos pronto, lo descubrimos temprano, que lo aceptemos es algo que nos cuesta mucho más, pudiendo no llegar a hacerlo nunca. No somos los mejores, ni siempre, ni en todo - puede que nunca ni siquiera en nada-. Parece obvio que solo hay un número uno, pero entender que la inmensa mayoría de las veces no podemos ser nosotros, hay a quien le cuesta mucho admitirlo, a casi todos nos cuesta. Que hay que intentarlo, que hay que esforzarse, que hay que trabajar a fondo, dejarse la piel y luchar, es algo que nos enseñan, que nos repiten y que debemos seguir repitiéndonos siempre. Pero la victoria motiva, el triunfo casi siempre es el objetivo. Decía Nadal, tras perder en semifinales ante Federer en Wimbledon, que ni ganar es tan fantástico, ni perder tan traumático. Sin duda, una gran reflexión. Suena fácil, suena bien. Complicado de digerir.

La frustración está siempre a la vuelta de la esquina, nos la pasamos chocándonos y enfrentándonos con resultados no esperados y no deseados; notas más bajas, estimaciones solo parciales de nuestras pretensiones, nos quedamos a las puertas, sin plaza, sin ascenso, sin incentivos y, en esas, es muy difícil reconvencernos de que lo importante estaba en el esfuerzo previo, en la dedicación y el empeño. Acaba sonándonos ridículo aquella enseñanza de la infancia de que lo importante es participar, pero admitámoslo, no siempre aprobaremos todo, ni estimarán nuestras demandas, ni tan siquiera lograremos llegar siempre a objetivos, pero una vez que, desde el profundo fiasco y la inevitable decepción, nos recuperemos y hayamos admitido que no lo conseguimos, que no ganamos, podríamos echar la vista atrás y valorar cómo transitamos por ese proceso personal que nos llevó hasta allí.

Más allá de vanidades y de las cotas de cada uno de aceptación de aquella frustración, hacerlo bien en sí mismo, deja muy buen sabor de boca. Culminar con buena sensación, es un éxito per se. En ocasiones ciertamente, el currártelo y haberlo dado todo, puede realmente llegar a ser muy gratificante. Los resultados puede que no siempre dependan de nosotros, pero el proceso, sí.

Sí, no seamos ingenuos ni falsos, es evidente que estaremos mucho menos exultantes sin llegar a alzar la copa, que nos costará mucho más contar en voz alta que nos quedamos solo en semis, reconocer que nos vimos a las puertas de nuestro ansiado triunfo. Necesitaremos un tiempo y cierto sosiego, pero al final siempre hay recompensa, puede que esté, ni más ni menos, en haberlo hecho bien.

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