Guerra de medallas

LA que hay liada -y aún no se sabe cómo va a terminar- sobre la concesión de una de las Medallas a las Bellas Artes , que ha fracturado el corporativismo existente hasta ahora entre los matadores de toros. Independiente de las razones que esgrimen unos y otros, lo cierto es que esta polémica ha destapado la crisis de fondo que afecta a buena parte de las condecoraciones, premios, galardones y similares. Cuando el mérito se sustituye por las cuotas pasa lo que pasa, como ocurre todos los años con las medallas que concede el Gobierno andaluz con motivo del 28-F. El hecho de que cada provincia tenga que contar con una medalla hace que se quede fuera quien la merece y que se la den a alguien simplemente por su lugar de nacimiento. Lo mismo pasa con las de las Bellas Artes, ya que si se empecinan en que cada año haya un torero se alimenta una caja de los truenos que explota cuando uno menos lo espera.