Veredas livianas

Noelia Santos

nsgemez@eldiadecordoba.com

La Gran Vía o la vida (II)

No voy a renunciar nunca a mi derecho a repeler el centrismo madrileño

Mantener las convicciones a veces no es fácil. La edad parece ser un factor clave en lo de conservar las ganas por la lucha justa. La desidia seguro que también tiene mucho que ver. Esta introducción me sirve para autocitarme, como si yo fuera alguien. Hace más de un año escribí en este mismo espacio unas palabras a las que titulé La Gran Vía o la vida en las que relataba la pereza que me daba Madrid. Estuvo bien aquello. Me llamaron becaria cateta (ojo, como insulto) y otra serie de cosas que me sacaron una sonrisa y que me hicieron ver la necesidad de que haya columnistas menores de 30 años. Más allá de las críticas, releyendo aquella columna y en la situación en la que nos encontramos ahora, un año y unos cuantos meses más vieja y con la desidia por bandera, tengo que decir que no he abandonado mis convicciones, más bien se han hecho todavía más fuertes.

No voy a renunciar nunca a mi derecho a repeler el centrismo madrileño, como muchos de mis paisanos cordobeses no lo han hecho con Sevilla. Puede ser que la situación justifique los miles de titulares y de aperturas de informativos. Estamos hablando de la capital de España, sí, y de cómo el coronavirus la ha golpeado de una manera que ojalá nunca se hubiera producido.

Más allá de eso, sigo pensando que estamos sobresaturados de información capitalina y no lo digo por decir. Conozco a gente que sabe nombrar hasta cinco hospitales diferentes en Madrid capital y que no conoce las residencias de Córdoba donde se han registrado brotes. Otros son capaces de reconocer al consejero de Sanidad madrileño cuando sale por la tele mientras a duras penas localizarían en el mapa Lucena, Almodóvar o Benamejí. No les echo en cara que retengan una información y que ignoren otra, pero estamos sobrecargados de Madrid y en ocasiones huérfanos de conocimientos propios y cercanos.

Todo lo ocurrido en la capital ha hecho resonar un término: Madridfobia, que seguro que no necesita explicación. No sé si los madrileños o madrileñas sienten ahora eso que nosotros, los andaluces y las andaluzas, llevamos décadas sintiendo y aguantando. Si es así, no es algo que me alegre y lo digo con total sinceridad. La misma sinceridad con la declaro lo que ya dije hace un año y varios meses: Madrid, y todo lo que le rodea, me da absolutamente igual.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios