Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

¿Germánicos y desobedientes?

Austria va a aplicar el confinamiento personal de los no vacunados: del trabajo a casa

Si exceptuamos los países menos ricos del continente (Armenia, Moldavia, Georgia, Ucrania o Bulgaria), causa sorpresa que los germánicos cuenten en Europa, y en concreto en la UE, con altos índices de ciudadanos no vacunados. Sin haber hecho el máster en epidemiología por Google ni ostentar el diploma de negacionista autodidacta, me parece claro que la razón es que existe un plus de resistencia a la obligación de vacunarse, porque debemos descartar que sea gente dejada y desorganizada y más aún que esté allí difícil el acceso a la vacuna. Las vacunaciones masivas tienen mucho -si no casi todo- que ver con el descenso de contagios y la vuelta a la normalidad, con sus nuevos avíos. Alemania, Austria y Suiza cuentan con porcentajes del furgón de cola de vacunados. Achtung!

La evidencia resurge en la llamada pospandemia: una menor tasa de vacunación está suponiendo un mayor porcentaje de nuevos contagios. Reflujo de los ingresos hospitalarios, con sus costes, y la sombra tétrica del colapso del sistema sanitario. Un déjà vu que acongoja. En España, resurge de sus cuarteles de invierno la fe de la conspiración de poderosos. Aunque me consta que algunos de sus apóstoles se han vacunado "en la intimidad", como decía chamullar Aznar el catalán. A pesar de las correlaciones intensas entre causas (no vacuna) y efectos (más contagios).

Se tiene a los germánicos por hacendosos, ordenados, responsables. Pero en el otro lado de la generalización, no son flexibles, adaptativos ni resistentes al trauma. Las autoridades de Austria van a ordenar el confinamiento de quien no se haya vacunado 100%. Podrá ir a trabajar y poco más: para casa, o multa, y no cualquiera. Multa también a quien les ponga una cerveza en la barra de un bar, les alquile un apartamento turístico o una entrada de teatro. Deberán poder justificar no tener el carné de completamente vacunado con una prueba PCR de no más de 24 horas atrás. Y aunque allí estas pruebas son gratuitas, el cerco se cierra sobre los que no se vacunan, que aglutinan al cosmos antisistema, a ultraderechistas y no pocos prósperos comerciantes y autónomos, que se manifiestan tanto en Austria como en Alemania con ferocidad: hasta un intento de asalto al Reichstag ha habido. Algunos dicen que estas medidas son propias de la Stasi de la extinta RDA o incluso del régimen hitleriano. Claro que en los casos comunista o nazi no se trataba de evitar colapso sanitario, cuyo efecto es la desatención de otra gente enferma y la voladura de la prevención, ni de salvar vidas. Todo lo contrario.

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