La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Franco, el PSOE y Tartufo

Entre los retos y peligros a los que nos enfrentamos y los graves problemas que nos afectan no figura Franco

Si no le atormenta e incluso ni tan siquiera le preocupa dónde esté enterrado o vayan a enterrar a Franco 43 años después de su muerte usted es franquista. No me venga con que si no lo fue cuando el franquismo existía no lo va ser ahora. Para no ser franquista en 2018 usted debe opinar que es urgente sacar a Franco de ese horrendo monumento del que casi nadie se acordaba hasta que Zapatero y Sánchez, más hábiles como publicistas de una agencia de viajes o de turismo que como presidentes, lo pusieron de moda duplicando el número de visitas.

A una cierta izquierda siempre le ha gustado tachar de facha a todo el que no comulgue con sus ruedas de molino. Es lo que el actual y tan descafeinado PSOE está haciendo con la exageración propia de los Tartufos políticos que quieren disimular su vacío e impostura ideológica. Es cómodo, fácil y rentable. Políticamente, claro, porque presupuestariamente la operación no será precisamente barata y la anunciada reconversión -resignificación dijo Carmen Calvo- del Valle de los Caídos aún menos. Además de difícil, si no imposible, dada su gélida y pastichera arquitectura imperial y nacional católica; salvo que, como ha pedido el PNV, se dinamite.

¿De verdad cree Carmen Calvo que el traslado de los restos hará "que el franquismo se convierta en un pasado literal para nosotros"? ¿Acaso no lo es? ¿De verdad cree que el traslado de los restos influirá "en el futuro de la gente más joven" que "necesita estar en las mejores condiciones éticas"?

En este país hay asesinos vivos, no momificados, que reciben homenajes en el País Vasco tras, por ejemplo, cumplir 31 años de condena por asesinar a 40 personas. Y quien lo da por bueno en nombre de la reconciliación mientras impugna la Transición como un apaño vergonzoso. Sorprende tanta sensibilidad para los crímenes cometidos hace 80 años y tan poca para los cometidos hace ocho. En este país se ha dado un golpe de Estado o un golpe al Estado desde las instituciones de una región que pretende independizarse y cuyo presidente hace un llamamiento a "atacar al Estado español". Pero al Gobierno parece preocuparle y ocuparle más un dictador muerto hace 43 años y una dictadura extinta hace 41. Así podrían seguirse enumerando los retos a los que los españoles -y los europeos- nos enfrentamos, los peligros que nos acechan y las graves carencias que nos afectan. Y Franco no figura entre ellos.

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