Adescansar. Los delegados de la Junta terminaron ayer su curso político ante la convocatoria de los comicios autonómicos que -qué causalidad- vuelven a coincidir con las generales. Unos tendrán la satisfacción del deber cumplido; otros, la preocupación de saber si repetirán en el cargo. Desde hoy ya no pueden inaugurar obras, ni firmar convenios, ni conceder subvenciones. Ahora es cuando debería llegar el tiempo de los balances para enjuiciar el trabajo de cada uno, para ver quien ha cumplido con su labor o quien se ha dedicado al escaqueo con arte. Todavía quedarán unos meses hasta ver cómo queda dibujado el panorama de los consejeros y de los delegados en Córdoba para los próximos cuatro años. Las quinielas ya están en la calle, aunque la respuesta denifitiva no llegará hasta que a los interesados les suene el teléfono móvil.

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