FP: fuera paro

El 67% de las empresas tienen dificultades para encontrar talento adecuado en 4 de cada 10 puestos

El talento es el valor más cotizado para el desarrollo económico. El mismo prestigio tiene un talentoso profesional que el alumno con título universitario. Llegan las primeras pistas sobre los nuevos puestos de trabajo para nuestros hijos. ¡Vuelve la FP! Aquella Formación Profesional a la que derivaban a los malos estudiantes es ya el futuro para el empleo, para el aumento de la economía y en consecuencia para el aumento de PIB. El 67% de las empresas tienen dificultades para encontrar talento adecuado en 4 de cada 10 puestos. Los empleados más demandados son aquellos con especial aptitud para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad. Ya no exigen una grado universitario, solicitan experiencia en habilidades técnicas. Según el estudio ManpowerGroup, el 54% de las empresas ya están invirtiendo en formar a sus empleados. Para solucionar la escasez de talento, advierten, hay que invertir en formación y desarrollo, fomentar el talento, atraer talento externo y ayudar a los profesionales a promocionarse dentro y fuera de la empresa. Necesitamos volver a dar prestigio a la formación profesional, a la FP. Ver las necesidades presentes y futuras de nuestras empresas. Saber cuáles son los oficios manuales cualificados que se necesitan cubrir. Las categorías más difíciles de encontrar son, en primer lugar, los electricistas, carpinteros, soldadores, albañiles, yeseros, fontaneros. Segundo: técnicos de producción, operaciones y mantenimiento. Tercero: jefes de proyectos, abogados e investigadores. Cada año aumenta la dificultad para encontrar perfiles de oficios manuales cualificados, comerciales, ingenieros, conductores, perfiles IT, auditores. Esto nos lleva a replantearnos el valor de la educación. En la época industrial se crearon los sistemas de educación masiva. Con el nacimiento de las empresas y sus cómputos, en las escuelas se inventaron las calificaciones numéricas para valorar la inteligencia del estudiante. A más nota, mayor inteligencia. Pero las notas numéricas no computan el talento. Yuval Harari compara: mientras un estudiante de Oxford sale de la universidad con titulo o sin él, a un aprendiz de zapatero no se le pone nota a fin de año para ver si tiene sobresaliente en cordones y aprobado en hebillas. Las notas, como una medición del éxito, pueden no deducir la comprensión de la materia. Los papeles han ganado mucha autoridad, pero el futuro de nuestros hijos está en su talento.

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