Crónica Personal

Esposa de, hijas de

En España nos hacemos cruces permanentemente regodeándonos con lo peor de nosotros mismos

España es un país plagado de defectos que ponemos a diario en el escaparate mientras obviamos muchas de nuestras virtudes, que haberlas haylas, como las meigas, y que admiran mucho más los de fuera que los de dentro.

En España, por ejemplo, se formaría un escándalo monumental si un jefe de Gobierno nombrara asistente o asesora a su mujer, hija o hermana, mientras que Trump ha hecho asesora a Yvanka sin ningún problema y Fillon a su esposa Penélope. El Penélopegate que lo ha llevado ante los tribunales y que conmociona a Francia no es por haber contratado a su mujer para un puesto costeado con fondos público, lo que no impide la ley francesa, sino que Penélope cobró esos sustanciosos salarios sin haber pisado el lugar de trabajo.

Para desmentir la afirmación de que la colocación de esposas, hermanas e hijas no se dan en la política española se podría mencionar los casos de Carmen Romero o Ana Botella, pero es importante su situación respecto a Ivanka Trump o Penélope Fillon: es evidente que el hecho de que sus maridos fueran presidentes del Gobierno fue clave para que accediera una al Congreso de los Diputados y otra a una concejalía de Madrid. Pero al menos tuvieron que hacer campaña para conseguir los votos necesarios que les dieran acceso a los escaños.

Penélope Fillon se hizo con un importante sueldo con la ley del mínimo esfuerzo. Ivanka, sobre la que se pone el acento en que no cobrará un salario, va a ocupar un cargo que siempre fue para personas de larga trayectoria profesional, expertos en cuestiones que no están al alcance de cualquiera, capaz de calibrar riesgos de tomar decisiones en situaciones límite, y con acceso a informaciones de alto secreto que no conocen más que de media docena de militares de máximo rango, responsables de servicios de seguridad, juristas y diplomáticos que tratan cuestiones muy delicadas de las que dependen la estabilidad del país.

Quizá Ivanka esté en condiciones de hacer ese trabajo, pero llega a él simplemente porque su padre cree que cumple con esas condiciones, hasta ahora no lo ha demostrado. Eso sí, es una buena empresaria de la moda y desde que Trump es presidente ha disparado la cuenta de resultados de su negocio.

Lo dicho: en España nos hacemos cruces permanentemente regodeándonos con lo peor de nosotros mismos. Pero al menos ponemos límites a ciertas promociones.

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