Las catas en el cementerio de la Salud para exhumar a los cientos de represaliados por el franquismo que están en el camposanto cordobés ya han comenzado. Han tardado mucho, tal vez demasiado, pero las familias no han perdido la esperanza de poder dar un enterramiento digno a los suyos. Por ello, el inicio de esa actividad se volvió en un acto cargado de simbolismo y de emotividad, con la esperanza de muchas de personas de poder cerrar heridas, o al menos intentarlo. Ahora arranca una tarea difícil y costosa, como es la de excavar en las zonas que ya están predeterminadas y trabajar con la máxima diligencia y respeto.