La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Espadas contra el mundo

El candidato socialista lucha contra todo: la gestión de Juanma, un PSOE averiado y una estrategia errónea

Lo tiene todo en contra. A un mes escaso de la votación más importante de su vida, el candidato socialista, Juan Espadas, sabe que perderá las elecciones y que no será presidente de la Junta de Andalucía. De momento: tampoco logró la Alcaldía de Sevilla la primera vez que lo intentó. Su adversario del PP, Juan Ignacio Zoido, sacó mayoría absoluta, que dilapidó en un solo mandato.

Su única baza es que dispone de la organización política más extensa, arraigada y laboriosa de las que compiten en Andalucía.¿O más bien disponía?, porque el PSOE todavía no se ha recuperado del impacto sufrido tras perder el poder después de treinta y siete años de ejercicio continuado, y casi absoluto, del mismo. Es un partido aún desconcertado y pesimista. Aquel shock no ha sido superado. La mejor herramienta con que podría contar Espadas en su reto mayúsculo de reinstalar al socialismo en San Telmo está averiada.

Todo lo demás son adversidades e inconvenientes. Empezando por la gestión de Juanma Moreno. Ha hecho unas cosas bien, otras regular y algunas mal, pero el paso del centro y la derecha por el gobierno autonómico no ha sido ni de lejos el apocalipsis social que pintó la izquierda desde el 2 de diciembre de 2018. Ni se han recortado los recursos sanitarios y educativos ni se ha producido la involución augurada por el PSOE a raíz del apoyo de los diputados de la ultraderecha a la investidura de Moreno. Son los hechos, no las opiniones, los que han desautorizado la estrategia de la oposición socialista en estos tres años y medio.

Pero Espadas insiste, y éste es otro de los problemas de su candidatura: no para de alertar contra el peligro de Vox y da por hecho que si gana el PP gobernará con los ultras y Macarena Olona será la vicepresidenta. Se equivoca en un doble sentido. Por un lado, está ayudando a convertir a Olona en el centro de la campaña andaluza. Por otro, corre el riesgo de que el sector más moderado del electorado se vuelque aún más en favor de Juanma Moreno para que éste pueda gobernar en solitario y desprenderse de la compañía molesta de Vox. También, aunque sea paradójico, Juan Espadas tiene enfrente a Juan Espadas. Es un candidato aún poco conocido, que carga sobre sus espaldas un legado de deterioro y rutina con episodios de corrupción, y entre sus numerosas virtudes no se encuentra la de la empatía, tan importante en la política actual.

Pero, para paradojas, la siguiente: el mayor enemigo de Espadas es Pedro Sánchez.

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