La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Elogiar la Navidad cristiana ofende

Ayuso elogia la Navidad cristiana al inaugurar un belén. ¡Qué monstruosidad! ¿Qué tienen que ver?

No me gustan ni las formas ni, las más de las veces, los contenidos de sus intervenciones. Pero la verdad es la verdad, la diga Agamenón o Ayuso. Hace unos días ha inaugurado el Belén de la Real Casa de Correos haciendo el elogio de la Navidad cristiana. ¡Qué monstruosidad! ¿A quién se le ocurre? ¿Qué puñetas tiene que ver la Navidad con el cristianismo? ¿No había quedado claro que se trata del solsticio de invierno que Carmena celebró por todo lo alto con la Fiesta de la Luz quitando de los adornos de las calles toda referencia a la Navidad cristiana? ¿No se eliminaron de los espacios públicos de muchas ciudades los Nacimientos para no ofender a los no creyentes? Pues Ayuso ha devuelto Madrid a los tiempos oscuros diciendo monstruosidades como estas:

"La Navidad y el Belén celebran el nacimiento de Jesús de Nazaret… Se tenga fe o no, este hecho cambió para siempre como nos vemos y vivimos… El Niño Dios nace en Belén un año más y el mensaje es el de paz en la tierra… Ese mensaje cristiano, se tenga o no fe, impregna nuestra forma de vida: la caridad, la piedad, el perdón, la tolerancia, el cuidado a los enfermos, la ayuda a los vulnerables, el respeto de la vida humana, la dignidad de la mujer, la satisfacción de hacer el bien… ¿De verdad, creyentes y no creyentes, vamos a renunciar a este legado que lleva en sí lo mejor de nosotros, aquello a lo que todas personas de buena voluntad aspiramos?... El Evangelio, la Buena Nueva, es parte de la herencia de todos… La cultura religiosa es inseparable de la Cultura con mayúsculas (…) se tenga o no se tenga fe; porque sobre los Evangelios, la cultura griega y el derecho romano se forma nuestra cultura…".

Ante tal cúmulo de falsedades, tan peligroso discurso del odio y tan intolerable invasión cristiana del espacio público se han alzado voces indignadas e incluso escandalizadas. Digo yo que, si en Madrid se celebra multitudinariamente el día del orgullo gay, las autoridades hacen discursos celebrándolo, se colocan banderas del arco iris en edificios, y no todos los madrileños son gays; si en Madrid se convocan manifestaciones el 14 de abril portando banderas tricolores y pidiendo la tercera república, y no todos los madrileños son republicanos, ¿por qué no se puede celebrar públicamente la Navidad cristiana, aunque no todos los madrileños sean cristianos? Es una pregunta retórica: usted y yo sabemos por qué.

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