Elecciones, ¿un consuelo?

El atribuir a los comicios la condición de "mal" de "muchos" de ninguna manera puede prosperar

Desde hace algún tiempo a esta parte, no se habla -ni se escribe- de otra cosa: Las elecciones. Y, a buen seguro, no será ésta una "opinión" -una más- del autor de Las Tendillas: Nos encontramos ante un sentimiento cuasi generalizado.

A los fines de justificar la referida condición de "generalizado" que atribuimos al "sentimiento" en cuestión, creemos suficiente con recordar una reciente -y solvente- publicación que, bajo el ilustrativo título de "Tiempo de preocupaciones" nos sirvió Juan Ruz, director de el Día de Córdoba. Reproducimos parte del primer párrafo de la misma, que resulta del siguiente tenor literal:

"Se consumó lo que ya muchos venían preconizando y habrá que repetir las elecciones. En estos últimos días he leído y escuchado atentamente numerosos mensajes, casi todos en la misma dirección, diciendo que otros comicios generales son un fracaso de la democracia que la ciudadanía no merece".

Dicho en román paladino, y según el periodista de referencia: Parece claro que son "muchos", muchísimos, los… agoreros que vienen "preconizando" dos hechos la mar de singulares: Por una parte, la tan llevada y traída repetición de elecciones. Por otra, la ineludible ruina que las mismas suponen para "la democracia" y para "la ciudadanía".

Menos clara nos parece la naturaleza de la "maldad" que, cuasi con carácter general, venimos atribuyendo a los dichos comicios. Si, como se viene predicando, nos encontramos ante un supuesto de una "maldad" de la que resultaríamos ser sujetos pasivos "muchos", muchísimos, de los mortales que por el mundo circulamos, interesaría se nos explicase la… naturaleza de la dicha "maldad". Más concretamente interesa saber si el dicho… "mal" tiene -como el talego- la condición de "necesario" que todo quisque ("muchos") le atribuimos.

A juicio de Las Tendillas -con menos mollera de politólogo que virtudes de obispo- el atribuir a los comicios la condición de "mal" de "muchos" de ninguna manera puede prosperar: Los dichos atributos no son un… "consuelo". Además, tendríamos que concluir que vivimos en un país de idiotas. Y ello por mor de la aplicación del sabio -y reflexivo- dicho popular que asevera: "Mal de muchos, consuelo de tontos".

Obviamente, no compartimos el criterio. Aunque sea "popular": El… "mal de muchos" solo es… "consuelo" de avispados, que haberlos haylos. No de "tontos".

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