Punto de vista

José Ramón del Río

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Elecciones en Madrid

Hay que elogiar la disposición de Gabilondo para aceptar el envite, por fidelidad a su partido y a Sánchez

Muy pronto, en los primeros días del mes de mayo, se celebrarán elecciones en Madrid. Son elecciones para el Gobierno de la autonomía uniprovincial. Como Madrid es la capital del Reino de España, con una población de 7 millones de habitantes, estas elecciones adquieren tanta importancia como las de Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco.

Como tiene muchas posibilidades de ganar y conservar para el PP el gobierno de la Comunidad, el PSOE y su secretario general han recurrido para encabezar la candidatura al que se supone peso pesado de su partido, Ángel Gabilondo, que es un hombre serio y de semblante triste, catedrático de universidad, ex ministro del Gobierno de Zapatero y ex congregante de los Corazonistas de San Sebastián. Hay que elogiar su disposición para aceptar el envite, por fidelidad a su partido y al secretario general y quizás se pretende buscar con su presencia el contrapunto a una candidata, la del PP, joven y bien parecida. Eso sí, se la considera sin demasiadas luces, aunque en su gestión del gobierno de Madrid haya sobresalido, borrando la imagen de la tonta del bote que los medios social-comunistas nos querían presentar.

Ayuso, para ganar necesita no sólo los votos de su partido, sino también los de Vox, en alza, y los del Cs, en declive. Las encuestas la dan como presunta ganadora, aunque parece depender de votantes de Cs, que no han decidido su voto. Su cabeza de lista, Edmundo Bal, compañero de profesión, está dispuesto al sacrificio por lealtad a las siglas por la que se presenta, que tan rara suele ser en la política. También depende de los votantes de Vox, de los que dicen las encuestas que el 43,4% votaran a su candidata Rocío Monasterio y el 41% al PP para asegurar su triunfo. Evidentemente, esto son suposiciones, aunque las encuestas cada vez aciertan más si están hechas con rigor y no por Tezanos.

El Paísdenuncia que el Gobierno de Madrid tanteó la compra de vacunas fabricadas en Rusia y que su consejero de Sanidad se reunió con los intermediarios ante la inoperancia del Gobierno central. La cuarta ola de la pandemia podrá influir en la participación, ya que aguantar en una cola, en la que es difícil mantener la distancia de seguridad, es un sacrificio para el que no todos estarán dispuestos, unido a que serán en día festivo, en el mes de mayo, que suele ser florido y hermoso.

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