CREO que no incurriría en burrada si resumiera en dos las distintas acepciones que el diccionario oficial otorga al término "Educación": una, como nivel de conocimientos; otra, como forma de comportamiento. O sea: como manifestación externa de "Cortesanía, comedimiento, atención y buen modo".

En todo caso, el fracaso de la Enseñanza es una evidencia. Ya nadie lo discute.

Menos unánime es la opinión sobre las causas de la debacle. Algunas bien podrían ser incluidas, con todos los merecimientos, en una antología del disparate.

Especialmente rocambolesca y disparatada resulta la de don José Luís Rodríguez Zapatero, que dijo: "El problema es que hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que teníamos".

¡Muy agudo el señor ZP! Tanto, como suý talante. Es decir: a su juicio, "el bajo rendimiento educativo" de los zagales de hoy hay que atribuirlo a las "generaciones" precedentes. Ouséase: el "rendimiento educativo" (sic) depende de los antecedentes de cada cual. Ouséase que lo niños de papás con alto "rendimiento educativo" vienen al mundo dotados de la ciencia infusa. Nacen vacunados contra la peste del fracaso escolar, ya endémica. Todos van a ser unos lumbreras. Por el contrario, los guajes -y las guajas- cuyos progenitores carecieron de conocimientos serán unos zotes (con "z" de zopenco).

No faltan ejemplos acreditativos de que tal teoría es un burdo e inútil sofisma. Nadie ignora que de una familia con "bajo rendimiento educativo" puede salir un lumbreras. Si preguntáramos a uno de nuestros estudiantes por Pitágoras, seguramente nos respondería con una pregunta retórica: "¿En que grupo canta?". Pero, si tuvieran unos mínimos "conocimientos", sabrían que Pitágoras de Samos fue el inventor de las matemáticas y no era hijo de ningún genio: su padre, Mnesarchus, era, un honesto mercader. Es decir: los antecedentes familiares no son determinantes del rendimiento educativo.

-Y, ¿cómo pudo alcanzar tan alto nivel de conocimientos?

-Muy sencillo: Trabajando.

No hay "generaciones" que valgan: los conocimientos no se adquieren aplicando las leyes de Mendel. No tienen "genes" ni, por tanto, ADN, ni el factor "Rh negativo" que ya inventara Arzallus: para adquirir conocimientos sólo es de aplicación una ley, que dice: "Trabajo es igual a fuerza por espacio recorrido" (t=f.e). Es decir: el Trabajo es función de dos variables: el "esfuerzo" realizado y el "espacio recorrido". Si el esfuerzo es "cero", el Trabajo será "cero". Por ello, un sistema educativo, como el del señor "Z", en el que el esfuerzo no es virtud sino motivo de burla, está condenado al más aparatoso y seguro de los fracasos.