El nombre del Síndrome de Dorian Gray, como ya sabemos, alude a la novela de Oscar Wilde en la que el protagonista admira su retrato recién pintado y expresa el deseo de que sea el lienzo el que, en su lugar, envejezca. Podemos, en noviembre de 2014, sólo unos meses después de haber nacido, ya estaba en un 17,6% de intención de voto. En su primera cita electoral consiguió cinco eurodiputados, eso supone 1.245.948 votantes. "Podemos no nació para ser testimonial. Vamos a por todas", dijo Iglesias tras conocer el resultado de aquellas, sus primeras elecciones.

Lo que sí sabemos es que no nació de un día para otro. Uno de sus gérmenes fue el movimiento de los indignados del 15-M y esa experiencia de participación derivó luego en los "círculos", el ADN de Podemos: asambleas de barrio, de pueblo y temáticas en las que se empezaron a reunir ciudadanos descontentos, organizados geográficamente. "La disyuntiva ya no está en el eje que separa a la izquierda de la derecha, sino la confrontación entre la élite y la ciudadanía, o entre el pueblo y la casta". Este nuevo partido establece que la elección la política actual se dirime entre "ellos" o "nosotros", entre "reforma" o "ruptura". Sus líderes mantienen un discurso en el que no se declaran "ni de izquierdas, ni de derechas".

Y esta propuesta tuvo éxito. Es el partido político con más seguidores en las redes sociales, 1.099.923 en Facebook, 1.167.792 en Twitter. A gran distancia le sigue el Partido Popular con 171.873 en Facebook y 604.900 en Twitter y el PSOE 141.856 y 495.947, respectivamente. En 2015 obtuvieron junto a las confluencias 6.139.494 y en 2016 lograron junto a IU 5.048.570. Consiguen congregar a más de 150.000 personas para tomar decisiones.

Pero parece que ha sido todo muy rápido, tanto, tanto que no llegan a envejecer pero tampoco a madurar. Han pasado del activismo a repartir ministerios para un cogobierno y, ante el fracaso, vuelta al activismo y todo esto en menos de tres años. Difícil digestión.

Es posible que, en este Vistalegre II le hayan encargado un mágico retrato a Basil Hallward para que envejezca a las afueras del Consejo Ciudadano y, así, poder seguir exhibiendo públicamente una política fresca y joven al tiempo que abrazan las más viejas técnicas de aniquilamiento del pensamiento crítico o discrepante, aunque sin marcas de envejecimiento que terminen estropeando el invento académico. Otro mal día para la izquierda, y ya son demasiados.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios