¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

La División Azul

Hacer hoy un acto político sobre la División Azul es una gilipollez; escupir sobre las tumbas de estos hombres, una canallada

Como detente-bala recomendaré antes que nada la lectura del artículo de Ramón Lobo (nada sospechoso de pertenecer a la Brunete) en Info Libre: No son falangistas, son neonazis. En su texto, el periodista desenmascara claramente el delirante discurso de la ya famosa Isabel Medina Peralta, quien aprovechó un homenaje a la División Azul para culpar a los judíos de la muerte de Manolete ante un entregado auditorio en el que no faltaban los gorilones de estética Hells Angels, el curita friki o esas walkirias dinamiteras que siempre frecuentaron las distintas tribus ultras. La líder Isabel demostró, sencillamente, que desconoce todo sobre la historia de aquella unidad de voluntarios, en su mayor parte militares profesionales y falangistas, que acudió a la Unión Soviética no para participar en extermino judío alguno, sino para luchar contra el comunismo, al que consideraban responsable, con evidente exageración, de todos los males de España. Serrano Suñer lo dijo claro en su conocida arenga: "¡Rusia es culpable!" La palabra "judío" no se pronunció.

Muchas fueron las causas por las que se alistaron los componentes de la oficialmente llamada División Española de Voluntarios: por pundonor profesional (los oficiales), por vivir un conflicto que les diese cierto prestigio en sus entornos sociales (los hermanos menores que no lucharon en España), por aventura, por legitimarse ante el nuevo régimen (los sospechosos políticamente), por idealismo anticomunista (los falangistas más comprometidos), incluso alguno para intentar desertar una vez llegado a Rusia. Las causas humanas siempre son infinitas y hay que desconfiar de quienes las pretenden reducir a un gran eslogan. Sin embargo, en la mucha literatura memorialística que he leído sobre la División Azul nunca me he topado con nadie que hubiese acudido al frente a matar judíos.

No voy intentar endulzar la historia de la 250 Infanterie-Division (su nombre en alemán). Fue una unidad que combatió en un ejército cuyo mando supremo era Hitler (con todo lo que eso representa), al igual que otros lo hicieron bajo la batuta de ese primo hermano que fue Stalin y hoy se les rinde culto como "héroes de la libertad". La historia del siglo XX siempre es muy incómoda. Pero muchos de los hombres de esta unidad española fueron sinceros soldados que pagaron su opción con la vida o un largo cautiverio en un infierno blanco. Hacer hoy un acto político en torno a la División Azul es una gilipollez; aprovechar la noticia para mentir y escupir sobre las tumbas de unos hombres valientes e hijos de su época, una canallada.

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