La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Disparate académico

La propuesta de retrasar la Semana Santa ignora la historia, el sentido común y falta el respeto a los creyentes

Al principio creí que era una broma o una fake news. Unos investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han propuesto retrasar tres semanas la Semana Santa, es decir, que el festivo del 2 de abril que corresponde al Viernes Santo se pase al 23, para que así aumente "la ratio de vacunación de personas vulnerables cuando se produjera el periodo vacacional, y con ello la reducción muy importante del riesgo que llevan asociados estos periodos festivos, como se observó en diciembre". Añadiendo que "si el primer plenilunio de primavera hubiese acaecido del 18 al 20 de abril las festividades hubiesen coincidido con las fechas propuestas". Desgraciadamente olvidan lo fundamental: que la Semana Santa es la única festividad cristiana que tiene una fecha precisa establecida por un dato histórico, la celebración del Pésaj o Pascua judía que coincidió con la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

La resurrección es una cuestión de fe. Pero la crucifixión y la muerte son hechos históricos. Se ignora qué día nació, y por eso la conmemoración de la Navidad aprovechó, como simbología poderosa, la festividad romana del Nacimiento del Sol Invicto, coincidente con el solsticio de invierno. Pero se sabe, gracias a que nuestros hermanos mayores en la fe hayan conservado viva la celebración de la Pascua, cuando murió. Por lo tanto, todas las festividades religiosas, si se quisiera, son movibles (eso sí, habría que ignorar el peso de la tradición, que en el caso de Navidad se remonta al siglo III). Todas menos la Semana Santa. Aquí no hay peso de tradición que valga ni cristianización de una fiesta pagana. Es un hecho histórico que no permite cambios de fecha. Este año la Semana Santa se celebra entre el 28 de marzo y el 4 de abril porque Pésaj se celebra entre el 27 de marzo y el 3 de abril.

Ignorar esto es grave desde un punto de vista académico. Las fechas de la Semana Santa no pueden cambiarse. Se puede, como se ha hecho, suspender las procesiones. Pero no retrasar la celebración. Queda claro qué es la Semana Santa para estos investigadores. Al igual que es grave, desde un punto de vista práctico, que ignoren que en tan poco tiempo no se ha alcanzado el índice necesario de vacunaciones y que es imposible cambiar el calendario vacacional. La propuesta ignora la historia, ofende al sentido común y falta el respeto a la Iglesia y los creyentes. Vivat academia, vivant profesores.

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