DIEZ años de obras, no pocas polémicas políticas y algún susto de última hora verán hoy su fin cuando José Luis Rodríguez Zapatero inaugure el trazado de la nueva línea de alta velocidad que une Madrid y Málaga. El presidente del Gobierno se detendrá durante unos minutos en Córdoba para confirmar a la capital como la segunda ciudad de España por la que transitan más AVE, sólo superada por Madrid. Este hecho se verá refrendado por las fotografías de rigor y el acceso al tren de la alcaldesa de la ciudad, Rosa Aguilar, y del presidente de la Junta, Manuel Chaves. Serán sólo cinco minutos, pero el simbolismo del momento deberá quedar grabado en la retina de todos, pues con la ampliación de la alta velocidad hacia la Costa del Sol las oportunidades de negocio y el potencial turístico que atesora la capital se verán incrementadas exponencialmente. Ésta es la opinión que los principales líderes políticos, sociales y económicos expusieron ayer en las páginas de el Día y que se ve refrendada por una encuesta de Renfe en la que el 73 por ciento de los cordobeses cree que la llegada del AVE hace 15 años ha sido un impulso modernizador de la ciudad.

Sin embargo, no debemos caer en el conformismo al afrontar esta realidad y hemos de ser conscientes de que el crecimiento que la alta velocidad pueda traer a Córdoba y su provincia -no olvidemos que la provincia gana peso específico con la estación Puente Genil-Herrera- debe lograrse desde el trabajo conjunto de administraciones, empresarios y ciudadanos, quienes han de volcarse por hacer de esta ciudad un entorno agradable y deseado para quienes vienen a visitarnos. Junto a ello, debemos exigir que unidos a proyectos ya encarrilados como la ampliación del aeropuerto reciban el impulso definitivo otros básicos como el Palacio del Sur o el recinto ferial, que hagan de Córdoba un destino atractivo en el que congresistas y empresarios permanezcan varios días y engorden las arcas de la ciudad. Córdoba debe darse cuenta de que su futuro pasa en buena medida por hacer del tren su mejor compañero de viaje.

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