Las tendillas

Ramiro García Vila

Despegamos: buen viaje

ESTAMOS de enhorabuena: El Aeropuerto de Córdoba vuelve a dar señales de su preciosa existencia. Deja de tener una presencia meramente testimonial y de ser motivo de desavenencias pancarteras y conflictos vecinales con las administraciones públicas para convertirse en un recinto de utilidad cotidiana, llamado a contribuir al desarrollo económico y cultural de una ciudad en la que nunca faltan acontecimientos indeseables ni fenómenos contraculturales.

Decimos "enhorabuena" porque nos parece una noticia excelente que, en breve -y según lo publicado por este periódico- dispondremos de vuelos regulares que reducirán notablemente las distancias entre Córdoba y Barcelona, Bilbao y Vigo.

El dato tiene rango de acontecimiento. Y el "acontecimiento", la categoría de "histórico" en la ciudad. Bien merece una bienvenida con todos los honores. Porque la expansión de la red de comunicaciones supone un importante punto de apoyo para lograr la Capitalidad de la Cultura Europea a la que aspiramos. Porque el desarrollo -industrial y cultural- de los pueblos y ciudades depende, extraordinariamente, de sus riquezas de comunicación y transporte. Porque las perspectivas turísticas están, igualmente, supeditadas, en buena parte, a las posibilidades de acceso a las distintas zonas. Por ejemplo: Las Rías Gallegas son destino (obligado) de miles de cordobeses que, en verano e invierno, se desplazan a aquellas latitudes por motivos muy diversos: En busca de descanso, en ocasiones; huyendo de los calores del verano, en otras; a disfrutar de la cocina gallega (que todo hay que decirlo) con frecuencia... Pues bien: Con los vuelos regulares Córdoba-Vigo-Córdoba, Las Rías Baixas se quedarán más cerca. Los cordobeses podrán desplazarse allí y darse un garbeo como si de un viaje a Fuengirola o a Torre del Mar se tratara. La inversión -en tiempo y gasto- no va a suponer un desequilibrio que no pueda ser soportado por las faltriqueras menos saneadas.

La puesta en activo del aeródromo cordobés merece un especial reconocimiento de todos. Venga de donde venga la iniciativa. Porque va a suponer la creación de un importante número de puestos de trabajo, en unos tiempos en los que prolifera la política contraria: La destrucción, cuasi masiva, de empleo, con el resultado nefasto de un galopante aumento del desempleo, cuyas consecuencias están por ver, aunque podamos presumir que no han de ser, precisamente, un regalito de los hados.

Los vuelos regulares hasta pueden contribuir a la eliminación de los botellódromos. Con precios asequibles, los jóvenes preferirán un crucero a una litrona. En cuyo supuesto, les felicito. Y les deseo buen viaje.

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