SÍ, es definitivo. Campanero se marcha el 30 de junio y el Córdoba entrará en una nueva dimensión. Quizá con gente distinta. Quizá no. La indefinición en estos días es absoluta. Seguramente no queda más remedio, pero parece evidente que el estado de precariedad que en estos momentos evidencia el CCF debe concluir en un breve plazo de tiempo. Sobre todo porque el éste, el tiempo, no sobra. Con la salvación matemática a falta de dos jornadas se ganó una situación de privilegio que en cursos anteriores -por aquello de los ascensos agónicos, las salvaciones milagrosas, el recurso del Cádiz...- se echó de menos -y se pagó con creces- a la hora de componer el proyecto de la campaña siguiente. Fallaban las circunstancias. Ahora se tiene en la mano la certeza fundamental -que el Córdoba seguirá en Segunda- pero falta poner piezas capitales en el engranaje de la entidad.

El director deportivo, Javier Zubillaga, termina su contrato el 30 de junio. El mismo día que se irá, de modo irrevocable, Campanero. Del entrenador, Juan Luna Eslava, poco se puede decir salvo que cumplió el objetivo que se le encomendó -algo que, como bien se sabe, no garantiza absolutamente nada- y que, a falta de dos partidos, sueña con poner al equipo en su mejor posición desde hace tres décadas. Los jugadores, como es lógico, andan ahora a lo suyo. Inquietos por su porvenir. Unos finalizan su vinculación y otros hacen como que no quieren oír cuando se les menciona eso del plan de viabilidad, una hoja de ruta para tiempos de crisis que contemplaría reducciones de salario y renegociaciones a la baja entre otras medidas tendentes a sobrevivir en una competición profesional que exigirá sacrificios a todo el mundo.

"Hay que tomar decisiones", dijo Campanero poco antes de que todo el consejo de administración se arremolinara en torno a él para un posado revelador: el repiqueteo de los flashes hizo más ruido que la bomba que había anunciado el mandatario. Todos los consejeros se van el 30 de junio. "Pero no habrá vacío de poder, eso nunca", insistió un presidente que recalcó que no quiere tomar medidas que afecten a los que le sucederán en el mando del CCF. Entonces... ¿quién las va a tomar? Desde ayer hasta el próximo lunes 15 se aguardará a que fructifiquen las conversaciones que la entidad mantiene para una posible adquisición de las acciones de Prasa. Si no sucede nada, se avecina una segunda quincena de mes realmente movida. De los gestores actuales -de los que están, sea cual sea su porvenir- depende que el proceso de transición hacia el nuevo Córdoba sea un episodio ilusionante o un vodevil. "Tienes que trabajar como si fueras a estar ahí toda la vida, aunque sepas que mañana puedes irte", decían los padres a los hijos cuando había empleos. Un consejo tan sabio como difícil de cumplir.