LA cuesta de la Traición es uno de los privilegiados accesos al corazón de la Sierra cordobesa. De ella sólo saben ahora los aficionados al senderismo que la toman como acceso directo al Lagar de Cruz, cruce de caminos que queda como testigo de la desaparecida actividad agrícola en los montes que arropan la ciudad. Al poco de arrancar esta cuesta, en las inmediaciones del Hospital de los Morales apareció hace unos días un montón de retales de cristales de espejos, claro resto del taller de alguien que no sabe que el medio ambiente es de todos. Por un lado está el peligro de este material en un terreno por el que pasan personas de toda edad y, por otro, está el evidente incivismo de quien desconoce las normas sobre el reciclaje y la ruta inflexible que deben seguir los desechos de cualquier actividad. Estas espuertas de cristales y espejos desentonan en un paraje que es orgullo de todos los cordobeses.