No tengo ni idea de cómo se les presenta el día de hoy, pero les confieso que me despierta mucha curiosidad. Tengo aún menos idea de lo que habrán decidido hacer y mucha menos de lo que habrán decidido votar. Ni de cómo se habrán planteado la jornada, si alterarán o no, su rutina, si todo girará en torno a la papeleta que toca hoy. Independientemente de lo que voten, hoy mi curiosidad se centra en lo que hagan el resto del día, en cómo lo vivirán, más allá del ratito de votar. Ya saben, hoy, fiesta de la democracia, jornada electoral, domingo especial,… o no.

Me pregunto si hoy es para ustedes un día excepcional, si la jornada electoral le suma un plus de emoción. Si lo de elegir parlamento es una anécdota más o si organizan el plan del domingo en función de las elecciones. Si serán de los que lo viven enchufados a radios, televisiones -zapping a tope- y, hoy, conectados a todos los soportes informáticos que nos permiten seguir encuestas a pie de urna, sondeos y datos, llegarán a la madrugada con sonrisa o desconsuelo. O si son de los que van a la sede (cada uno a la suya, claro), montan cenas de amigos -afines en el voto o no- para seguir resultados o, si tendrán, como yo, a esa amiga friki que les relata en directo los primeros datos, esa que en las fiestas de la democracia parece estar camuflada en las entrañas de la Junta Electoral, esta tarde seguro acampada mentalmente en la Consejería de Justicia e Interior.

Les reconozco que la liturgia del paseo hasta el cole, las papeletas, los sobres, las cabinas, … ese sabor me puede. No tengo claro si por el hoy o por lo que me transporta a otros tiempos, a esos en los que daba un paseo con mis padres hasta el colegio electoral del barrio, de su mano buscaba alfabéticamente la mesa, me encerraba con mi padre tras esas cortinas recias, marrón opaco, y me sentía tan mayor, con tanta responsabilidad por meter la papeleta en el sobre y de ahí a la urna, que luego me sabía a poco lo que me habían convencido era la actividad central del día. En el cole en el que hoy voto, las cortinas son de una especie de visillo traslúcido, pero sigo encerrándome y hago lo propio con mis hijas, legando lo estimulante de la jornada. Hoy también habrá fútbol. La vida y La Liga siguen, faltaría más. Pero la quiniela, está hoy en otras lides.

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