Cambio de sentido

Con 'El Correo de Andalucía'

Con la pérdida de 'El Correo de Andalucía' perderemos todos: sus profesionales, el periodismo y Sevilla

De mozuela, una soñaba con ser Marguerite Duras tecleando en una Underwood para Le Monde, o la gran Colombine enviando sus crónicas desde la trinchera. Con el tiempo, una está feliz de escribir la vida para el periódico que leen sus vecinas, y entiende que hay trincheras y luchas que contar en todas partes y a diario. No es que haya rebajado mis expectativas o antes fuera más cosmopolita; sencillamente, ahora conozco mejor el valor de cierto periodismo de proximidad y altura, y a bastantes periodistas y fotógrafos de mi ciudad. Con todos los peros que se les puedan poner, los diarios señeros de las ciudades y provincias de Andalucía no sólo cubren y descubren informaciones que nos conciernen y que jamás tienen cabida en otros medios; también cuentan lo que (nos) pasa desde una mirada propia, no colonizada, filtrada o malinterpretada por "los señores del Nor" -que diría Fernando Quiñones-, ésos que tantas veces nos ven como "el exótico Sur".

El Correo de Andalucía ya había pasado por angosturas. Ninguna como ésta, con un ERE que se lleva por delante a 28 de 29 profesionales y a un periódico que es testigo y parte de la historia y de la vida de Sevilla. En la época del fake, influencers aún por romanizar, espectacularización de la realidad, populismo de bajos instintos, tuiterías al tuntún y otras farfollas, el cerrojazo a El Correo tiene algo de muerte civil. A quienes se preguntan que para qué periodistas de verdad en tiempos de redes y enredos a precio de clic, respondo que más que nunca necesitamos el rigor, el criterio y la reflexión de profesionales: confío en ellas, confío en ellos. Sea cual sea la línea editorial y la titularidad del medio (analógico o digital) donde trabajan, en sus manos brilla limpio su oficio. La salud democrática -e incluso el entusiasmo social, cultural y político- de una ciudad es directamente proporcional a la pluralidad de sus periódicos, revistas y también de sus fanzines underground. Miro el dato: entre 1808 y 1814 había en Sevilla 34 periódicos. Con el más que probable cierre del El Correo de Andalucía seguimos perdiendo. Perdemos mucho y perdemos todos: quienes se quedarán sin empleo, el periodismo sevillano y la ciudad al pleno. Por eso hoy me asomo, desde esta esquina de los martes y de este periódico, al ejemplar de El Correo de Andalucía que todavía espera junto a éste en el kiosco y le susurro: "Mi solidaridad y gratitud, colegas. Adelante".

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