Mensaje en la botella

Coronavirus en Córdoba: año I

Los números importan y no debemos olvidar a los que nos dejaron y a sus familias

Ya hace un año que el virus entró en esta Córdoba nuestra. Fue allá por marzo de 2020 cuando se detectó el primer positivo y, aunque ya todos sabíamos de la agresividad del covid-19, ni por asomo podíamos imaginar lo que vino después. Decir que nos hemos acostumbrado a esta nueva forma de vida sería mentirnos a nosotros mismos, pero de lo que no cabe duda es que de aquello que presagiábamos como algo pasajero, que tendría un remedio más o menos certero y cercano, nada de nada. Es más, la gravedad de la pandemia ha sido tan brutal, que aún no nos hemos recuperado -y lo que queda, por desgracia- del impacto de esta mortífera enfermedad.

Si hacemos balance, muy pocas noticias positivas para esta provincia hemos podido contar, con la salvedad de aquella primera vacuna en diciembre y la consecución de la base logística del Ejército de Tierra, un proyecto que ha traído algo de oxígeno, pero para el futuro. En este largo año hemos sufrido mucho, nos hemos ilusionado cuando han aliviado las restricciones de movilidad y hemos vuelto a la pesadumbre al ver que una segunda ola y luego una tercera seguían haciendo estragos entre la población. A veces, la sensación es que los números y las estadísticas no importan, que forman parte ya del anodino resumen diario que ofrecen las administraciones y que reproducimos en los medios de comunicación. Pero sí, claro que tienen valor, el de que no podemos olvidar a los que ya no están ni el sufrimiento de sus familias, como tampoco deben caer en el ostracismo los cientos de pacientes que arrastran serias secuelas del virus, ni el trabajo de los sanitarios y demás colectivos que siguen luchando cada día.

Esas cifras dicen que, a día de hoy, en Córdoba han muerto 874 personas a causa del covid-19; se han infectado 43.364; un total de 3.784 han tenido que ser hospitalizadas, de las que 433 han pasado o están en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). En el lado positivo, 31.605 cordobeses han logrado recuperarse de la enfermedad y las vacunas se han administrados a 109.945, de los que 27.813 cuentan ya con las dos dosis. Gusten o no, esos son los números, los que no deberíamos olvidar nunca y que ojalá fueran una foto definitiva, pero no, sabemos que irán a peor en los próximos días.

Desconocemos si habrá una cuarta ola, aunque los expertos avisan que sí, que tendrá que llegar agravada además por las distintas variantes del virus que se van detectando y que ya están entre nosotros. Lo expuesto aquí es motivo más que suficiente para no bajar la guardia, para que, pese al cansancio, sigamos haciendo caso a quienes nos recomiendan prudencia y civismo. Y debemos hacerlo además con toda la responsabilidad posible, pese a lo difícil que nos lo ponen a veces nuestros gobernantes con decisiones tan absurdas como temerarias. Pero eso es otra historia.

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