Entramos de lleno en la Semana Santa, o mejor dicho, en lo que ha quedado de ella, ya que por segundo año consecutivo en Córdoba y en la provincia no tendrán procesiones en las calles a causa de la pandemia. Habría que remontarse a mucho tiempo atrás para encontrar un acontecimiento de este calibre, si bien esa es tarea de historiadores y entendidos del mundo cofrade. Aunque con muchas diferencias respecto a 2020, el actual contexto genera tristeza y desencanto, no solo por la desilusión de quienes viven los días de la Pasión de una forma especial, sino por el impacto que están provocando en la economía todas las limitaciones de movimientos y restricciones, que ahí están.

De lo poco que podemos salvar de esta semana que se cierra es algo ya sabido, pero que esta tierra necesitaba. Así, el Gobierno central ha refrendado en una respuesta parlamentaria -en el Senado, más concretamente- que Córdoba era y es la mejor opción para ser la sede de la base logística del Ejército de Tierra. El Ejecutivo de Sánchez ha venido a decir lo mismo que ya anunció en su día el Ministerio de Defensa, pero con más nitidez y contundencia. Así, el texto señala literalmente que "una vez valorados los aspectos industriales, tecnológicos, logísticos, contractuales y de coste asociados al proyecto, el Ministerio de Defensa optó por la ciudad de Córdoba como sede del proyecto tecnológico de la base logística del Ejército de Tierra, aplicando criterios de eficacia, inmediatez y disponibilidad de financiación". Y añade que se ha tenido en cuenta "la presencia de terrenos de propiedad pública, que permita comenzar sin más demora la ejecución del proyecto, y la disponibilidad más amplia de financiación".

Este gesto, aunque no lo parezca, es muy importante, sobre todo si echamos la vista atrás y releemos las sandeces que se han vomitado por parte de algunos dirigentes políticos -que se salve el que pueda- en torno a esta iniciativa y a la elección de Córdoba. Es más, debería ser un estímulo para que todos recapaciten y se despejen los obstáculo, por pequeños que sean, que pueden incidir en el proyecto de la base logística, empezando por la aprobación del presupuesto del Ayuntamiento. A ver si tanto el cogobierno de PP y Cs como la oposición de PSOE, IU, Vox y Podemos son capaces de admitir errores propios, rectificar y ponerse a trabajar de una vez, que falta hace.

Pero claro, no olvidemos que vivimos en una ciudad en la que el mismo día que el Gobierno ratificaba la base logística nacía una plataforma contraria a la misma, con unos argumentos tan simples y demagógicos que no se los creen ni los propios promotores. Una ciudad en la que un Viernes de Dolores el consejero de Salud, cordobés para más señas, pide que evitemos los contactos sociales y permanezcamos en "nuestra burbuja" y cientos de vecinos llenan plazas entorno a la iglesias o se amontonan en las terrazas como si no hubiera mañana. Una ciudad en la que con los avisos de controles de la Policía Local ya sabemos de antemano lo que no ocurrirá. No obstante, que nadie se asuste, porque también tenemos grandes valores y virtudes como pueblo que ya quisieran otros. Esto es Córdoba, así que todo en orden.

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